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Las películas, por Iñaki Bahón

Introducción
La invasión de los ladrones de cuerpos (1955)
La invasión de los ultracuerpos (1977)
Secuestradores de cuerpos (1993)
Conclusión


 

La invasión de los ultracuerpos
(Invasion of the body snatchers-1977)

   Dirección: Philip Kauffman
Producción: Robert H. Solo
Guión: W.D. Richter
Fotografía: Michael Chapman
Música: Denny Zeitlin
Montaje: Douglas Stewart
Duración: 115 min.

   Intérpretes:

   Donald Sutherland (Matthew Bennell)
Brooke Adams (Elizabeth Driscoll)
Jeff Goldblum (Jack Bellicec)
Veronica Cartwrith (Nancy Bellicec)
Leonard Nimoy (Dr. David Kibner)
Art Hindle (Geoffrey)

http://us.imdb.com/Title?0077745

   

   Argumento

   Durante los títulos de crédito se nos muestra cómo unas semillas extraterrestres llegan a nuestro planeta, y a partir de ellas comienzan a desarrollarse unas extrañas flores. Una de estas flores es recogida por Elizabeth Driscoll, una funcionaria del Departamento de Sanidad, quien la lleva a su casa, donde vive con su marido Jeffrey. A la mañana siguiente la mujer descubre que la flor ha desaparecido, y que su esposo se comporta de una manera extraña.

   Una vez en el trabajo comenta el asunto con Matthew Bennell, un inspector de sanidad amigo suyo, a quien explica que su marido ya no parece su marido, y que a pesar de que su aspecto sigue siendo el mismo de siempre su carácter se ha vuelto frío, como carente de emociones. Matthew aconseja a Elizabeth que visite a su amigo el Dr. David Kibner, un psiquiatra.

   Al día siguiente un empleado de la tintorería a la que suele acudir asegura a Matthew que su esposa en realidad no es su esposa, y Elizabeth trata entonces de convencer a su amigo de que todo el asunto es una conspiración: ha estado siguiendo a Jeffrey y le ha visto reunirse con varios desconocidos que también se comportaban de una forma extraña. La mujer se muestra evidentemente asustada, ya que asegura que la ciudad entera ha cambiado en un solo día.

   Los dos amigos acuden entonces a la presentación de un nuevo libro del Dr. Kibner, donde Elizabeth conoce a Jack Bellicec, otro amigo de Matthew. Allí se encuentran también con una mujer que insiste en que su marido no es su marido, y Elizabeth le pide que la llame al trabajo para poder charlar sobre el asunto, ya que el esposo en cuestión es uno de los hombres que ella ha visto con Jeffrey.

   Elizabeth también habla con el Dr. Kibner, a quien explica lo que ella cree que está pasando. El psiquiatra reconoce que a varios de sus pacientes les sucede lo mismo (están convencidos de que personas cercanas a ellos son en realidad impostores, pese a ser idénticos a los originales), y explica que todo ello es debido a la natural deshumanización que la sociedad actual produce en el individuo. Confundida, la mujer ya no sabe que pensar, y cuando regresa a casa descubre que Jeffrey le ha dejado un regalo: una de las flores extraterrestres.

   Mientras tanto, Jack y su esposa Nancy descubren en la sauna que regentan una especie de cuerpo humano a medio formar, sin definir, sin huellas dactilares... aunque inquietantemente parecido a Jack. El matrimonio llama entonces a Matthew, quien supone que aquel descubrimiento puede tener que ver con la obsesión de Elizabeth, a quien telefonea inmediatamente. Preocupado al no poder contactar con ella, se dirige a casa de su amiga, mientras que Jack y Nancy esperan en la sauna al Dr. Kibner, a quien han telefoneado siguiendo las instrucciones de Matthew.

   Bellicec se tumba para descansar un momento, y no puede evitar quedarse dormido, con lo que se desencadena un aterrador proceso: el misterioso cuerpo comienza a transformarse, a definir sus rasgos... Rasgos que se asemejan cada vez más a los de Jack. Nancy, horrorizada al contemplar la transformación, despierta inmediatamente a su marido, justo en el momento en el que aparece Kibner.

   Paralelamente vemos a Matthew llegando a casa de Elizabeth, pero no consigue que nadie le abra la puerta, a pesar de que comprueba que Jack se encuentra en el interior. Decidido a llegar hasta su amiga como sea, Bennell entra en la vivienda por la puerta trasera, y descubre que en el dormitorio de la mujer se está formando un duplicado de ella a partir de la flor alienígena. Todos los esfuerzos que el hombre realiza por despertarla resultan inútiles, y Matthew decide llevarla en brazos hasta su coche. Cuando arranca el vehículo, del interior de la casa surge un estremecedor e inhumano grito procedente de la garganta del duplicado de Jeff, quien sin duda ha descubierto que Elizabeth ha desaparecido.

   De regreso al local de los Bellicec, Bennell y su amiga (ya despierta) se enteran de que el duplicado de Jack ha desaparecido sin que Kibner haya podido verlo, por lo que el escepticismo del psiquiatra se mantiene intacto. Matthew envía entonces a las mujeres a su casa, y llama a la policía para hablarles del cuerpo que ha descubierto en casa de Elizabeth. Pero, por supuesto, ese cuerpo también ha desaparecido.

   Los cinco amigos pasan la noche en casa de Bennell, discutiendo con un Dr. Kibner que, a falta de pruebas que le convenzan, sigue empeñado en dar una explicación racional a todo el asunto y de rebatir la teoría que mantienen los otros cuatro: la de que las personas están siendo duplicadas y sustituidas de alguna forma. A pesar de su incredulidad el doctor accede a ayudar a Matthew a tratar de convencer al alcalde para que tome medidas frente a una posible epidemia. Pero cuando Kibner abandona la casa por la mañana y monta en su coche para marcharse vemos que en su interior le espera Jeffrey, el marido de Elizabeth, con otros dos tipos: "Hay que acelerar el proceso", afirman.

   Poco después Jack descubre una de las misteriosas flores en casa de Matthew, y dado que los cuatro han visto especímenes similares por toda la ciudad comienzan a barajar la posibilidad de que su origen sea extraterrestre, y de que sean las causantes de la "epidemia". Por ello Elizabeth trata de analizar la flor en su laboratorio, ante la reticencia de sus superiores, mientras que Bennell se entrevista con empleados de la fiscalía, del Ayuntamiento, del Gobierno... Todos le piden discreción ante lo que dicen puede tratarse simplemente de un caso de histeria colectiva. Esta explicación oficial parece verse avalada por el hecho de que muchas personas que días atrás dudaban de la identidad de alguno de sus seres queridos (el empleado de la tintorería, la paciente de Kibner...) ahora aseguran encontrarse bien.

   Pero esa noche, mientras Nancy, Elizabeth, Jack, y Matthew pasan la noche en casa de éste último, en el jardín comienzan a generarse duplicados de todos ellos, excepto de Nancy, ya que es la única que se mantiene despierta. Gracias a ello puede salvar a sus amigos, a quienes despierta tras descubrir los cuerpos. Una posterior llamada a la policía tan sólo les sirve para comprobar que las autoridades también están implicadas en la conspiración extraterrestre.

   En ese momento se va la luz, y los cuatro amigos descubren a una amenazadora multitud que se dirige hacia la casa, por lo que huyen de allí tras destruir los cuerpos. Los que hasta unos días antes eran sus vecinos se lanzan en su persecución, convertidos en inhumanos seres que profieren horribles gritos.

   Para contar con más posibilidades de huir los amigos se separan: mientras Jack y Nancy corren, atrayendo sobre si la atención de los perseguidores, Matthew y Elizabeth quedan momentáneamente libres. Su objetivo es llegar al aeropuerto para poder escapar de la ciudad en avión, pero son descubiertos por el camino y se ven obligados a refugiarse en las oficinas del Departamento de Sanidad.

   Allí son encontrados, horas después, por Kibner y Jack (ahora también duplicado), quienes les administran sedantes para lograr que se duerman. Mientras esperan a que las pastillas les hagan efecto, sus antiguos amigos explican a Matthew y Elizabeth que tras el proceso de sustitución volverán a nacer en un mundo sin problemas, en un mundo más avanzado en el que no existirá el odio. Un mundo fruto la invasión de unas criaturas procedentes de un planeta agonizante que buscan nuevas formas de vida para sobrevivir.

   Pero Matthew y Elizabeth demuestran lo tenaz del instinto de supervivencia humano y consiguen escapar tras matar a Jack y encerrar al Dr. Kibner en un congelador. En su huida se encuentran con Nancy, quien les explica que se puede engañar a los invasores si se aparenta carecer de emociones. Siguiendo estas indicaciones los tres salen a la calle, donde se están cargando camiones con las enormes vainas, de las cuales surgen los duplicados, con el fin de enviarlas a todas las comunidades de los alrededores.

   Pero la estratagema de los humanos se ve frustrada pronto, ya que la aparición de un perro con cabeza humana hace gritar a Elizabeth. Inmediatamente todos los seres a su alrededor comienzan a aullar y a perseguirles de nuevo. Mientras que Nancy consigue huir por su lado, Matthew y Elizabeth consiguen montarse en el remolque de un camión que los saca de la ciudad. El vehículo les lleva hasta una gigantesca fábrica donde se están cultivando miles de vainas. Junto a la factoría hay un puerto, y Matthew trata de comprobar si pueden escapar en a bordo de algún barco. Pero el resultado de su investigación arroja un resultado aterrador, ya que descubre que en las naves se están cargando más vainas para ser trasladadas a Dios sabe dónde.

   Cuando Matthew vuelve a buscar a Elizabeth descubre que ésta no ha podido resistir el cansancio y se ha quedado dormida. Ya es muy tarde para detener el proceso de sustitución, y junto al cuerpo de la mujer, que comienza a desintegrarse, aparece el de la nueva Elizabeth, quien trata de convencer a su antiguo amigo para que se duerma. Matthew vuelve a escapar (tras prender fuego a la fábrica), perseguido de nuevo por una horda de aullantes criaturas, entre las que se encuentra la propia Elizabeth.

   La escena termina con un fundido a blanco.

   Ha pasado un tiempo indeterminado. Vemos a Matthew en su puesto de trabajo, comportándose como los demás duplicados sin alma, sin destacar entre sus compañeros, entre los que se encuentra la nueva Elizabeth. La jornada de trabajo termina, y Matthew sale a la calle con los demás, en silencio. Pasea por un silencioso parque, y de pronto alguien le llama: es Nancy, quien demuestra la gran alegría que le produce el haber encontrado a su amigo.

   Pero cuando la mujer se acerca a él, Matthew la señala con el dedo y lanza un alarido inhumano.

   Segundas versiones sí pueden ser buenas

   Dos décadas después de La invasión de los ladrones de cuerpos, la Warner Bros decide llevar de nuevo al cine la obra de Jack Finney. Nadie discute que la primera versión es una obra maestra, pero ha pasado el tiempo suficiente como para plantearse una nueva adaptación. La evolución del cine y de la sociedad permite (de hecho obliga a) contar la misma historia pero con un enfoque muy distinto.

   El público ha cambiado mucho en 20 años. Sólo en la década de los 70 han visto películas como Tiburón, El Padrino, El exorcista o La guerra de las galaxias. Obras que han elevado el nivel de espectáculo e intensidad dramática que puede esperarse de una película. Los productores, no sin razón, seguramente dudan que la obra maestra de Don Siegel causara al público actual el mismo efecto que produjo 20 años atrás. Hay que respetar el argumento básico, por supuesto, ya que es excelente, pero dándole otra vuelta de tuerca. La nueva película, La invasión de los ultracuerpos, tiene que ofrecer algo más. Y vaya si lo hace.

   En primer lugar, las modernas técnicas permiten hacer más "real" y angustiosa la invasión. Desde el principio vemos cómo las semillas cruzan el espacio hasta llegar a nuestro planeta. Podemos verlas arraigar como parásitos en la vegetación terrestre y desarrollarse rápidamente. Más adelante asistiremos al horrible espectáculo de la sustitución, viendo cómo se generan los duplicados y cómo afecta el proceso a los cuerpos originales. Todo ello gracias a unos efectos especiales excelentes, y excelentemente utilizados. En su justa medida. Como herramientas para angustiar al espectador, pero siempre al servicio de la historia, la auténtica encargada de dar miedito, y que también ha sido actualizada para potenciar su efecto.

   Para empezar, la invasión no comienza en un pequeño pueblo. El espectador de La invasión de los ladrones de cuerpos está deseando que los protagonistas consigan ayuda fuera de Santa Mira, ya que entiende que resultará relativamente fácil aislar el pueblo para ponerlo en cuarentena y evitar la extensión del problema. En este caso esa esperanza casi no existe. La invasión de los ultracuerpos se desarrolla en pleno San Francisco, una ciudad con millones de habitantes. Y se desarrolla rápidamente. Incluso aunque se consiga convencer a las autoridades de los increíbles sucesos ¿Cómo frenar la invasión cuando puede afectar ya a cientos de miles de personas?

   En este remake parece como si la epidemia se hubiera escapado de las manos nada más empezar. Como si la batalla se hubiera perdido de antemano.

   La sensación de fatalismo está presente desde el principio. Después de que lo haga Elizabeth, varios niños recogen también algunos ejemplares de flores alienígenas. Para acentuar lo siniestro de la escena, un cura (Robert Duvall en una extrañísima aparición) les observa fijamente desde un columpio. Son este tipo de detalles lo que más me gusta de la película. Además del desarrollo central de la trama, en el que los protagonistas van descubriendo la horrible verdad, se van apuntando fragmentos de información que nos hacen sospechar que algo está sucediendo, algo mucho más grande. Como si la invasión avanzase más deprisa que los protagonistas.

   Además de la inquietante aparición de Robert Duvall, continuamente vemos a personas extrañas que observan fijamente a los protagonistas, así como a gentes que se cruzan por la calle (teóricamente desconocidos entre sí) intercambiando miradas de complicidad.

   A este respecto me detendré un poco en una escena que me parece soberbia. Sucede en la primera parte de la película. Parece un plano sencillo que en el guión podría describirse simplemente como "Elizabeth camina por la calle". Pero en realidad es mucho más. Antes de encuadrar a la mujer la cámara hace una pequeña panorámica y vemos vamos a un hombre que corre asustado, seguido por un grupo de personas. La cámara sigue ahora a la protagonista, y perseguidores y perseguido salen de cuadro. Poco después escuchamos un terrible grito casi perdido entre los sonidos de la ciudad. Sugerencia, elipsis narrativa tremendamente inquietante.

   Más adelante aparece un hombre enloquecido y vociferante (Kevin McCarthy, protagonista de La invasión de los ladrones de cuerpos, en un homenaje a la primera versión, al igual que el papel de taxista que interpreta aquí el director de aquella, Don Siegel). El pobre tipo trata de prevenir a los protagonistas sobre la invasión que ya ha comenzado, pero en este caso tiene menos éxito que en la versión anterior (aunque muchos pensamos que tiene el mismo éxito que debiera haber tenido en aquella). Finalmente sale huyendo perseguido por una multitud, y resulta muerto al ser atropellado. Decenas de ojos inhumanamente fríos observan su cadáver.

   Este tipo de continuos detalles enriquece enormemente la película, multiplicando su efectividad. Unidos a una fotografía dura y fría, y a una banda sonora mínima y extraña, sumergen al espectador en una atmósfera terriblemente inquietante que, desde luego, no deja mucho lugar al optimismo.

   Consecuentemente el final de la película es desolador y terrible. Saldando, de alguna manera, las cuentas que la novela y su primera adaptación habían dejado pendientes, aquí la invasión es llevada hasta sus últimas consecuencias. En los 70 el público está más acostumbrado a que las películas "acaben mal" (aunque en realidad La invasión de los ultracuerpos acaba estupendamente; ni más ni menos como exige la película). Aún así, el desenlace resulta impactante, una vez más, como en toda la película, no sólo por lo que cuenta, si no por cómo lo cuenta: por medio de esa brillante y brutal elipsis que nos oculta el sometimiento de Matthew. La cordura y las esperanzas de Nancy, al igual que las del público, son engullidas por ese agujero negro que es la aullante boca del ser que antes fue su amigo.

   De nuevo la fidelidad a sus orígenes

   Como hemos visto esta película mantiene una gran fidelidad a sus precedentes, tomando de cada uno los elementos que considera oportuno. Aunque cambia escenario y época, la historia y los personajes son muy similares a los del libro. De allí se recoge también una escena que no se usó en la primera adaptación, la del protagonista incendiando una gran plantación de vainas (aunque aquí, a diferencia de lo que sucede en la novela, no le sirviese de mucho).

   Luego toma otros elementos originales de La invasión de los ladrones de cuerpos que no aparecían en el libro. Vuelve a aparecer ese perro que delata la humanidad de los protagonistas (en esta ocasión el animal es resultado de una duplicación defectuosa). O la célebre escena de las vainas duplicando a los cuatro amigos. O la "muerte" de Elizabeth. En esta última escena se subsana ese "error" que comentaba al hablar de la película de Siegel; aquí vemos cómo el cuerpo original se deshace entre los brazos de Matthew mientras a pocos metros aparece el duplicado, desnudo.

   Como vemos, el guión de La invasión de los ultracuerpos toma sabiamente lo mejor de sus precedentes, exprimiendo al máximo sus posibilidades. Pero la película también aporta novedades respecto a sus precedentes. Por primera vez se nos insinúa cómo los duplicados se deshacen de los restos de los originales, cuando vemos al marido de Elizabeth arrojar el contenido de un cubo en un camión de la basura. Estos vehículos se convertirán, a partir de ese momento, en elementos recurrentes a lo largo de la película.

   Y, para quien le interese, esa molesta "segunda lectura" de la que hablaba antes también tiene cabida en este caso. Evidentemente, ahora la paranoia no está originada por posibles agentes comunistas o senadores fascistas. Ahora el temor radica en la progresiva deshumanización del hombre, en la perdida de sentimientos y valores que producen la civilización y el desarrollo social.

   ¿A quién quieres más?

   ¿Cuál de las dos versiones es mejor? Suponiendo que alguien se sienta ante la absurda necesidad de elegir entre ambas, sin duda encontrará que se trata de una tarea difícil. Personalmente considero que las dos películas son excelentes, dos joyas. Puede que para algunas personas la segunda siempre tenga que vivir a la sombra de la primera versión, considerada una obra maestra, y jamás pueda superar su condición de remake. Sin embargo, y reconociendo que parte de sus méritos y hallazgos ya se encontraban en la versión de Siegel, creo que la versión de Kauffman muestra tal sabiduría cinematográfica que merece, al menos, ser considerada a la altura de La invasión de los ladrones de cuerpos.

   Pero, sea como sea, con La invasión de los ultracuerpos, una vez más Finney tiene suerte en el cine. Son pocos los casos en los que una obra da lugar a dos excelentes versiones. ¿Habría una tercera?

   ^arriba

   @ 2002 Iñaki Bahón
Prohibida su repoducción sin permiso expreso del autor

Introducción -
Crítica del libro I -
Crítica del libro II -
Las películas -


    

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2004-02-09 12:20   artemis2


Mi version favorita es la original, la cual tambien considero superior a la novela (que encontre en ingles hara unos años). Pero no estoy de acuerdo en cuanto a lo del "final feliz", mas bien me recuerda a cierto capitulo de expediente X en que aparecian unas "polillas verdes". Al final de este episodio dicen que van a detenerlas con pesticidas e incendios controlados, y el agente Mulder pregunta: "¿Y si eso no funciona? Y aqui finaliza el episodio, es decir, no lo veo como un final feliz, ni como un final "derrota", sino mas bien como una incertidumbre opresiva que no hace sino remarcar el tono de pelicula. Asi mismo, si bien me parece algo forzado lo de la vaina en la mina (aunque siempre me ha gustado pensar que ese fue un buen sitio para las primeras vainas), si que me gusta el hecho de que los ladrones de cuerpos sean eso, ladrones, y no simples imitadores, da un grado mas al terror que produce al saber que las personas que ves no son duplicados, sino que han sido "poseidos" por 'algo'.

Por ultimo quiero nombrar como pelicula con relacion con esta Faculty, que a pesar de ser una mala pelicula (como la mayoria de lo que nos ofrece el cine de Hollywood hoy en dia), gano muchos puntos (en mi opinion) con esa comparacion con Ladrones de cuerpos e indicando que quizas la novela era una manera de explicar algo que paso, una advertencia por si volvia a pasar, un toque genial que si bien no llega a salvar a la pelicula si que la alza sobre la mediocridad
2003-05-30 16:15   Alex
A mi me gustó la primera, la de 1956. Las otras no las encuentro a su nivel.
2003-05-29 18:59   zazou2000
Creo que la segunda versión es, para mi, en varios aspectos superior a la primera. Ante todo por la su no "happy-end", que siempre es de agradecer ya que no todas las pelis deben acabar bien. Eso me atrajo sobremanera y el grito de Sutherland espeluznante. Incluso la llegada a la tierra, las gotitas que van cayendo en la cotidianedad de un dia cualquiera, las vainas y algunas escenas memorables (el perro-monstruo), la intervención de Siegel, magnífico como siempre Sutherland, Goldblum i Limoy :-) Un clásico.
2003-04-21 13:03   arlan
Las dos primeras versiones son para mí geniales, en las dos me quedo con el final, en la primera cuando descubre las vainas en el camión y se queda gritando en la carretera, y en la siguiente el grito desgarrador.
2003-02-19 20:48   irenale
Esta vez sí, de acuerdo en TODO, Iñaki.

Las dos primeras, geniales. La tercera, basura. (mas telegráfico, imposible)

Saludete.
2002-12-13 21:02   rüja_yuraj
Cuando leí el nombre del artículo, tuve el ligero presentimiento de que se trataba de una película que vi hace algunos años y que la han pasado varias veces en la televisión, obviamente me refiero a la que fue dirigida por Ferrara, pues la otras no las he visto. Debo decir que fue una de las películas mas predecibles que he visto, y tengo un gran sin sabor al respecto, pues nunca he entendido como se puede transmitir por televisión cosas de tan mala calidad. Sin embargo, lo rescatable de este asunto en lo que a mi respecta, sería que existe un libro el cuál parece que en su momento no salió a la luz, y que ahora uno puede tenerlo para saber de que trata realmente. Aunque según lo expuesto, por Iñaki, lo que si se me hace interesante en un determinado momento sería ver la primera película que se hizó.
2002-12-10 06:22   Knut
Si, la de Ferrara es una película muy mediocre, llena de soldaditos y tonterias. Un verdadero fiasco (siempre me pareció una pompita de jabón este director) y sí termina con un helicoptero y el típioco y tópico final abierto.

Yo me quedo con las dos primeras, y de la original, salvo el final que siempre me resultó un tanto tópico, me parece una de las grandes.

2002-12-09 19:24   whydah
Muy buen artículo Iñaki. Al igual que tú, la última revisión me parece que no la he visto, a no ser de algun pase televisivo que me pareció intrascendente en su momento ya que no recuerdo apenas nada. ¿Puede ser que se vayan al final en un helicóptero?
Y si la primera es muy estimable, la segunda es a su vez altamente recomendable, sobre todo por la interpretación de Sutherland con la guinda del grito final.
2002-12-09 00:11   Kveld-ulf
totalmente de acuerdo contigo iñaki, yo tambien la vi cuando era pequeño y tengo grabada en la retina la escena en que el protagonista descubre las vainas en el camion, la pelicula tiene una tension que crece a lo largo de toda la pelicula y que estalla en el desenlace, algo que parece simple pero es muy dificil de conseguir, una pelicula inquietante de verdad.