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                     Yo creo de verdad 
                    que Alberto no piensa lo que pone en el papel...  
                     Lo piensa, lo piensa; lo que pasa 
                    es que además sabe cómo molestar [risas]. Es una virtud, por 
                    supuesto. 
                     Luego tenemos a Rafael Marín, con 
                    su sección de cómic, en el que el tío es una autoridad, o 
                    la sección de memorias de Ángel Torres Quesada; Julián Díez 
                    hablando de novelas de fuera de colección que muchas veces 
                    pasan desapercibidas pero que son fantásticas; Juanma Santiago 
                    contando con un tono muy divertido las guerritas del fandom.... 
                     Después contamos con columnas que 
                    abarcan otros otros géneros, como la de novela negra por Rodolfo Martínez y Gorinkai (Antonio Rivas), a la que esporádicamente 
                    se suman otros colaboradores. 
                     Al final, las columnas se han acabado 
                    por convertir en el alma de Bibliópolis, porque son las partes 
                    más personales, donde la gente de verdad se suelta la melena. 
                    Y las reseñas han quedado como algo un poquito más aséptico, 
                    algo imprescindible pero menos disfrutable. 
                     Contamos además con una recopilación 
                    quincenal de textos que se pueden leer gratis y legalmente 
                    en la red, por Javier Romero; con la sección noticias de StarDust; 
                    con la tira cómica de Mel, un dibujante gaditano que hace 
                    tiras también para el Diario de Cádiz y Dreamers... 
                     En fin, que Bibliópolis ha crecido 
                    con la aportación de un montón de gente. Por cierto, que me 
                    olvidaba de la de Cristóbal Pérez-Castejón, un señor implacable 
                    que sabe de ciencia y de cf para parar un tren. 
                     En total, ha quedado en una página 
                    interesante, muy densa, para los pocos centenares de locos 
                    que somos entusiastas de este género. 
                     ¿No sois un poco "duros"? 
                    Philip K. Dick es dios y lo demás tontería... 
                     No creo. Creo que somos bastante 
                    abiertos, porque aunque hay secciones muy de freakie, 
                    hay también secciones mucho más abiertas. Lo que sucede es 
                    que no estamos abiertos a la mala ciencia-ficción y la mala 
                    fantasía; sí a todo lo que sea la excelencia en los géneros. 
                    Si nos quieres llamar elitistas... oye, yo me pongo esa medalla. 
                    De todas maneras, intentando ser objetivo, no considero que 
                    Bibliópolis sea elitista. Artifex, quizá, sí. 
                     De todas maneras lo del "purismo" 
                    es algo que no sólo achaco a Bibliópolis. 
                    Desde fuera (yo) da la sensación de que el núcleo fandomita 
                    español es un poco "duro"... la AEFCF nos da, a 
                    los que estamos fuera, esa sensación... 
                     La Asociación tiene un problema 
                    muy gordo de partida: tiene un nombre muy grande que cubre 
                    muchos campos, mientras que por otra parte es muy específica. 
                    Atiende a un público limitado que compra este tipo de literatura. 
                    Esa limitación contrasta con la amplitud del nombre. Lo interesante, 
                    lo que creo que hacemos en Bibliópolis y Artifex, es 
                    tomar un campo que dominas y hacer cosas estupendas en ese 
                    campo. ¿Qué sólo le gustan a cinco personas? Pues muy bien. 
                  
                     
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                          "La Asociación es un sacerdocio, es una idea. 
                          No es una sociedad de beneficio mutuo" 
                           
                           
                        
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                     Frente a otras asociaciones, como 
                    la Sociedad Tolkien, la Asociación tiene otro problema. La 
                    Sociedad Tolkien ha prosperado más que la AEFCF en los últimos 
                    años, porque atiende a un grupo de gente pequeño al que "eso" 
                    le entusiasma absolutamente y lo promociona mejor que nadie. 
                    La Asociación, como no es, por ejemplo, la Sociedad de Amigos 
                    de Asimov, no puede proporcionar a los socios un material 
                    exclusivo para ellos, profundo y sistemático, que haga que 
                    merezca la pena, como fan, pertenecer a ella. 
                     Por lo tanto,  ¿quién está en la 
                    Asociación? ¿El fan de Asimov que quiere más cosas de Asimov? 
                    No, porque no lo puede obtener por esa vía. ¿El fan de Rafael 
                    Marín? Tampoco, porque no publicamos sistemáticamente 
                    a autores españoles en los medios de la Asociación: ya aparecen 
                    en publicaciones privadas. Los que están son las pocas personas 
                    que creen que hay algo interesante en el mundillo de la ciencia-ficción 
                    española, así, en abstracto. 
                     La Asociación es un sacerdocio, 
                    es una idea. No es una sociedad de beneficio mutuo. 
                     Pero, vamos a ver. En teoría, si no 
                    me confundo (que yo no pertenezco, repito), la labor de la 
                    Asociación es la difusión de los géneros y tratar de colocar 
                    a un "nivel", que sea reconocida, que no se tome 
                    estos géneros a cachondeo, como cuentos de dragones y naves 
                    espaciales o marcianos pegando tiros... 
                     Cuando hay un grupo de gente que 
                    no tiene reconocimiento social, y coges a uno de sus miembros 
                    y le pones a hablar en la tele, lo que sucede es que queda 
                    como un freak del que el público se ríe. Si se quiere 
                    obtener un reconocimiento, hay que recurrir a un intermediario 
                    que conozca cómo mejorar la imagen y trabaje para ello. En 
                    la Asociación somos, a fin de cuentas, tíos raros que nos 
                    dedicamos a esto por afición y por lo tanto no podemos tirar 
                    de nosotros mismos. La Asociación funcionará como promotora 
                    de la ciencia-ficción y la fantasía en España el día que: 
                    uno, tenga el suficiente dinero para pagar a alguien que se 
                    dedique exclusivamente a eso (algo que no queda muy lejos, 
                    o eso pensaba yo), y dos, cuando por casualidad, o por virtud 
                    del destino, como quieras llamarlo, aparezca algún señor respetable, 
                    que tenga los contactos necesarios y la habilidad para vender 
                    la idea de la ciencia-ficción española como algo importante. 
                     De todas maneras, para lo que es 
                    el carácter español, la Asociación es un pequeño milagro. 
                    Tenga los socios que tenga, haga las cosas que haga, el hecho 
                    de que haya unos centenares de personas que piensen que merece 
                    la pena apoyar esa idea y seguirla a ver hasta dónde nos lleva 
                    es maravilloso. En otro país esa misma idea reuniría mucho 
                    más entusiasmo, con mucha más gente detrás, porque existen 
                    culturas de "juntémonos, pongamos cuatro duros, y hagamos 
                    algo". En España, y yo lo he vivido en mis carnes, la 
                    gente espera en la barrera, y cuando ve que el proyecto funciona 
                    dice "venga, ahora te ayudo". Pero primero tienes 
                    que lidiar tú solito con el arranque. Y eso es lo que también 
                    le pasa a la Asociación. 
                     Tú, cuando veas que la Asociación 
                    funciona, dirás, "venga, voy a apuntarme", pero 
                    mientras veas que funciona a veces sí y a veces no, no te 
                    apuntarás [risas]. Eso es algo muy español. 
                     Algunos pensamos que la ciencia-ficción 
                    y fantasía española tienen una especificidad, unas particularidades, 
                    que la hacen mejor que casi cualquier otra. Históricamente 
                    ha habido quien decía que debían hacerse series de ciencia-ficción 
                    puramente españolas, puramente en castellano. Nunca he creído 
                    que haya algo castellano que aportar a la ciencia-ficción. 
                    Simplemente, a partir de una determinada edad me he dado cuenta 
                    que si escribes originalmente en castellano, como hacen nuestros 
                    autores ya que es su lengua materna, consigues cosas con el 
                    idioma, y por tanto, con la literatura, que no consigues nunca 
                    con una traducción. Y ese algo extra hace que, luego, te sepa 
                    completamente insípida una Dragonlance. 
                     ¿O un Asimov en inglés? 
                     Sí, de 300 palabras de vocabulario. 
                    En España, visto friamente, estamos haciendo una cosa muy 
                    rara. Estamos haciendo ciencia-ficción literaria. En Francia, 
                    donde venden mucho más, creo que se ha popularizado una ciencia-ficción 
                    más simple estilísticamente. Para mí es un motivo de orgullo 
                    pensar que con Artifex estoy contribuyendo a que eso 
                    cuaje y que llegue a un grupo de gente, que no excede de unos 
                    centenares de personas, a las que les parece lo mejor del 
                    mundo. 
                     Luis, sobre el tema tan traído y llevado 
                    de Minotauro y su "absorción", ¿tú cómo lo ves? 
                     Planeta ha comprado Minotauro por 
                    El Señor de los Anillos. Ahora bien, contra lo que 
                    algunos esperábamos también se ha dedicado a potenciar todo 
                    el resto de la línea, sacando un montón de títulos en edición 
                    de bolsillo. A nivel de fan, eso sí, los libros ya los tienes. 
                    Hay muy poquitas novedades. Y encima, Minotauro ha sido una 
                    editorial que siempre ha reeditado, nunca ha saldado. Así 
                    que Planeta ha invertido mucho dinero, y lo razonable es que 
                    Minotauro, ahora, tire un poquito de la ciencia-ficción, gracias 
                    a que Planeta está ahí.. Que normalice el género. 
                     Creo que vamos a ganar algún nuevo 
                    lector. Ahora bien, ¿suficientes nuevos lectores como para 
                    que a Planeta le siga mereciendo la pena inyectar tanto dinero 
                    en cosas que no sean El Señor de los Anillos? A medio 
                    plazo yo creo que no. Creo que Planeta comparará las cuentas 
                    de los cientos de miles de ejemplares  que va a vender de 
                    El Señor de los Anillos en todas sus ediciones con 
                    los 1.500 que venderá del último Ballard, si tiene suerte, 
                    y en algún momento cerrará el grifo. Salvo que las cosas vayan 
                    mucho mejor de lo que yo espero y hagan muchos nuevos lectores, 
                    lo que realmente nos beneficiaría a todos. 
                     Bueno, cuéntame algo ahora de la colección 
                    de vas a sacar. ¿Porqué has decidido arrancar con ella? ¿Para 
                    cuando tendremos los primeros libros? 
                     Hay ya colecciones en marcha que 
                    publican premios y autores famosos, como Nova, y reediciones 
                    de calidad y autores contemporáneos, como Solaris Ficción. 
                    Gigamesh está haciendo una publicación ecléctica, mezclando 
                    fantasía y ciencia-ficción, antiguos y modernos, con una selección 
                    personal; Bibliópolis Fantástica parte de una idea similar. 
                     Se trata de ofrecer una alternativa, 
                    y no un clon de las colecciones existentes. ¿Cuáles son las 
                    ideas básicas de la colección? En primer lugar, publicar autores 
                    que de otra forma no saldrían. Por ejemplo, y en el nº 1, 
                    que aparecerá en noviembre, publicamos El último deseo, 
                    de Andrzej Sapkowski. Sapkowski es un autor polaco que ha 
                    vendido más de 100.000 ejemplares de cada uno de sus libros 
                    en Polonia, en la República Checa y en Rusia. Ha sido editado 
                    en Alemania, va a ser editado en Francia, y ahora en España 
                    por Bibliópolis Fantástica. 
                     De su obra, que es un fenómeno en 
                    Europa Central, han hecho película, cómic, juego de rol... 
                    Es fantasía épica, pero basada no en el folklore celta y nórdico, 
                    sino en el eslavo, lo que le da un toque interesante. Es una 
                    fantasía muy autoconsciente, juega mucho con el lenguaje, 
                    con los registros, a veces no te da lo que te esperas. Aparecen 
                    cameos de cuentos de hadas (salen la Bestia, Blancanieves...), 
                    con giros siempre perversos y retorcidos. Algo parecido, pero 
                    con mucho más humor, a lo que hace Tanith Lee en literatura 
                    anglosajona. 
                     Con el permiso de la productora, 
                    en la HispaCon haré un pase de la película basada en sus primeros 
                    libros... en polaco con subtítulos en inglés. O sea, que va 
                    a haber que tener muchas ganas [risas]. 
                     ¿Fantasía espesa? :) 
                     No, no es nada espesa. Como leerás 
                    en una entrevista que hice a Sapkowski y que saldrá en Gigamesh, 
                    parte de su éxito son los diálogos, que sus novelas son muy 
                    dialogadas, y esto es uno de los rasgos que más aprecian sus 
                    lectores. Primero son fluidas, luego muy divertidas, muy irónicas, 
                    con mucha mala hostia... Es un autor muy potente. En Polonia, 
                    aparte de ser un superventas, es el señor que ha levantado 
                    él solo el género fantástico. Ahora en Polonia se publica 
                    ciencia-ficción y fantasía porque los editores polacos saben 
                    que venden. Saben que tienen unas ventas aseguradas. 
                     ¿Qué nos hace falta en España, alguien 
                    como él? 
                     En España nos hace falta un señor 
                    como éste; español, por supuesto. 
                     Pero, ¿no tenemos ya a uno... ? 
                     Tenemos a varios, de hecho, pero 
                    no han tenido la suerte de hacer carrera, francamente. 
                      Retomando: 
                    los dos primeros libros salen en noviembre. Al mismo tiempo 
                    que El último deseo aparecerá el segundo libro, que 
                    no se sé yo cómo es que no estaba en castellano: Los 
                    ladrones de cuerpos, de Jack Finney, la novela en 
                    la que está basada la película del mismo título de los años 
                    50, y versiones posteriores. El libro es una joya de la típica 
                    paranoia anticomunista de los 50, de "Dios mío, mi hermano 
                    no es mi hermano, es comunista" [risas] ahí, no, perdón, 
                    "es una planta"... Es muy evidente que es un libro 
                    interesante, parte de la historia del género, y que espero 
                    también interese a la gente a la que le gustan las películas, 
                    como es mi caso. Yo creo que son dos títulos muy interesantes 
                    por diferentes de lo que puedes encontrar en otras colecciones. 
                     Los siguientes títulos saldrán en 
                    marzo de 2003, y serán de autores más conocidos dentro del 
                    género, pero igualmente especiales. 
                     ¿Los tienes ya cerrados? 
                     Sí, por supuesto, están comprados. 
                    En alas de la canción, de Thomas M. Disch y Magia 
                    de reina, Magia de rey, de Ian Watson. 
                     ¿Y alguno más que puedas decir...? 
                     Tenemos algunas reediciones ya compradas, 
                    pero no están establecidas todavía en el calendario. Te adelanto 
                    que puede que antes del verano, puede que después, sacaremos 
                    Marciano, vete a casa de Fredric Brown. Vamos a hacer 
                    una traducción nueva. 
                     En cuanto a las traducciones de 
                    los primeros libros que vamos a publicar, a Sapkowski lo está 
                    traduciendo del polaco un autor español, José María Faraldo, 
                    al cual hemos publicado en Artifex, que traduce del 
                    ruso, el alemán y el polaco. Y está haciendo una obra de amor: 
                    una traducción al castellano perfecta y compleja. En cuanto 
                    a Los 
                    ladrones de cuerpos, está traducido del inglés por 
                    Lorenzo Luengo, otro escritor español igualmente dedicado. 
                     El sufrido lector español de ciencia-ficción 
                    ha tenido que aguantar unas traducciones pésimas, no sólo 
                    históricamente, sino incluso hoy en día, y mira que es fácil 
                    hacer unas buenas traducciones. Claro que no sé hasta que 
                    punto me recompensarán los lectores por hacer el esfuerzo 
                    de que las traducciones sean buenas: es posible que les dé 
                    igual. 
                     ¿Y a como saldrán los libros? 
                     A algo más de 16 euros, en un formato 
                    de 23 x 15,5 cms., con solapas. 
                     ¿Qué proyectos hay, a largo plazo, con 
                    la colección? 
                     Cuando la editorial vaya tan bien 
                    que nos sobre dinero empezarán a ocurrírseme locuras, y una 
                    de ellas será publicar a autores españoles. Pero para eso 
                    tienen que venderse muy bien los libros anteriores. 
                    Bueno, pues ya para acabar, las preguntas típicas 
                    :) Un libro y un autor. 
                     Si tuviese que recomendar un libro fantástico a un 
                    lector que no lee fantástico, sin lugar a dudas, y obviando 
                    la dificultad y tamaño, le recomendaría El Señor de los 
                    Anillos.  
                     Como autor, al que hay que leer, 
                    aunque su obra no sea homogéneamente excelente, pero tiene 
                    algunos puntos que iluminan todo lo demás, es a Philip K. 
                    Dick. 
                     Y en el futuro, ¿cómo te ves?  
                     Pues me veo, en primer lugar, como 
                    editor de una colección modesta pero floreciente de narrativa 
                    extranjera con algunos autores españoles, y en segundo lugar 
                    como agente literario, especialmente para fuera. He firmado 
                    un contrato de representación con tres autores españoles de 
                    tres generaciones diferentes que me parecen particularmente 
                    interesantes, y estoy intentando tanto promover sus ediciones 
                    en España como, especialmente, venderles en el extranjero. 
                    Creo que hay posibilidades. 
                    
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