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LA ÚLTIMA Y LA PRIMERA HUMANIDAD,
de Olaf Stapledon

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La última y la priemra humanidad,
de Olaf Stapledon

Título original: Last and first men

Traducción:
Jordi Arbonés

2003, Editorial Minotauro



El autor en cYbErDaRk.NeT

por Rafael Martín, mayo 2003

   En la revista científica Icarus, año 1973, el bioquímico Leslie Orgel y el premio Nobel Francis Crick postularon su modelo de la Panspermia Dirigida. Era una atrevida hipótesis sobre el origen de la vida en la Tierra. No era innovadora, pues la hipótesis de la panspermia fue enunciada por el también Nobel Svante Arrhenius en 1906. La diferencia era que las "esporas de la vida" no vendrían en una especie de oleada cósmica, sino que serían enviadas por seres inteligentes, que irían sembrando el Universo de organismos del carbono.

   Parece ciencia ficción. Ahora vendría eso de: "pues no lo es".  Pero es que realmente es ciencia ficción. La idea de Crick, sin ser un plagio,  fue expuesta literariamente en La Primera y la Última Humanidad, la primera novela de Olaf Stapledon, que vio la luz allá por 1930.

   El marco de referencia que tuvo Stapledon para vislumbrar su obra fue el de un periodo entreguerras. La Primera Guerra Mundial fue el primer conflicto en el que se utilizaron armas como bombas aéreas, tanques y, especialmente, los gases clorados, que cambiaron el concepto de la guerra como "aventura de ideales caballerescos" al de desoladora destrucción masiva. Si a esto le unimos los más de veinte millones de muertos que causó la pandemia vírica de la Gripe Española, no nos sorprenderá el pesimismo de Stapledon.

   Pero si la década de los veinte fue mala, los años posteriores no parecían nada halagüeños. Los fascistas en Italia y los nazis en Alemania no eran precisamente los garantes de la libertad y la paz para una Europa en la que se presagiaban tiempos peores a los pasados. Así pues, el hombre en lucha continua contra si mismo y contra la propia vida.

   En el mundo real, la ciencia ficción estaba en pleno proceso de cambio: de H.G. Wells al Amazing Stories de Hugo Gernsback. Me cuesta imaginar a Stapledon leyendo las spaces operas de E. E. Smith, más bien tendría como libro de cabecera Nosotros de Yevgeny Zamiatin. Pocos años después vendrán Un Mundo Feliz, de Huxley y La Guerra de las Salamandras, e Karel Capek.

   La novela que nos ocupa es una obra de ideas, que se centra en la discusión pormenorizada del devenir histórico. Como personaje solo está la Humanidad. Directa y fría, e incluso con escaso oficio novelístico, pues los huecos se rellenan de manera ensayística; el resultado es un tanto espeso. Tanto es así, que, tras horas de lectura me preguntaba: ¿donde está la novela? Pero la visionaria actitud de Stapledon suple con éxito esa búsqueda, al encontrar una profunda reflexión sobre todos nosotros.

   El hombre levanta grandes civilizaciones o se ve sumido en la barbarie. Pasan millones de años, y las diferentes eras humanas van sucediéndose. Algunos hitos durante el transcurso, como los edificios ciudad, la colonización de planetas, la ingeniería humana y robótica, viajes en el tiempo, el desarrollo de poderes extrasensoriales. Pero siempre, a la vuelta de la esquina, aguarda el ocaso, pues el hombre termina por destruir al Hombre. La memoria racial humana, si es que existe semejante cosa, debe ser más bien débil, pues los ciclos se repiten una y otra vez. En la falta de entendimiento están los desencadenantes de guerras que conllevan las extinciones, dejando el camino libre para el siguiente paso evolutivo.

   Mi opinión es que la obra de Stapledon linda entre una novela de historia del futuro y una prospectiva que presenta connotaciones mitológicas. Se trata de una historia de distopías, en la que los nacionalismos fundamentalistas y lo instintivo  del hombre son el caldo de cultivo que llevan a la barbarie y la destrucción.

   Encontraremos los personajes y los acontecimientos que, desfigurados, repercutirán en el desarrollo del futuro, formándose ficciones alegóricas: desde princesas o el castigo de los dioses hasta un Cristo o una Venus. Aunque en la mayoría de los casos serán extrapolaciones según el conocimiento científico de la década de los veinte. Stapledon no profetiza, no juega con la baraja del destino, sino que analiza y selecciona un camino siempre abierto a opciones.

   Cuando la ciencia ficción se mete en historias del futuro está a un paso de caer en la adivinación o en las profecías-a-lo-Nostradamus. Las "visiones peligrosas" de Stapledon a más de 70 años vista nos pueden parecer ingenuas y algunas alocadas, pero otras tienen la resonancia de un gong en nuestra conciencia: las armas biológicas de destrucción masiva, el agostamiento de los recursos energéticos, la cienciología o la colonización cultural norteamericana.

   Hoy día, Olaf Stapledon está considerado como uno de los padres del género. La influencia de su obra es tan evidente que, al leer La Primera y la Última Humanidad se formarán imágenes de otras obras de ciencia ficción, como los monurb en Mundo Interior de Robert Silverberg, las naves propulsadas por el viento solar de La Paja en el Ojo de Dios, e Larry Niven y Jerry Pournelle, las "pelis de marcianos" de los cincuenta; tal es el caso de The Blod. Y en su aspecto más trascendente por un misticismo intelectual de tipo dickiano: "... cuando el espíritu está más despierto en nosotros, admiramos lo real tal como se nos revela."

   Queda claro, pues - y que sirva  de aviso a los incautos-  que no es "una de aventuras" ni para un "voy-a-leer-un-rato". Es un compendio de ideas, un manual de pensamiento humanístico que refleja el potente bagaje científico de Stapledon: desde el Marte lowelliano de principios del siglo pasado a la aplicación literaria de conocimientos sobre biología evolutiva o antropología física y social.

   Todos los lectores sabemos que hablar de Minotauro es hablar de las mejores ediciones del fantástico en lengua castellana. Para esta edición, que se encuadra dentro de la colección Utopías, la novedad está en las tapas ilustradas con los cráneos frenológicos de Joseph Gall, que se ven por medio de una sobrecubierta de papel vegetal a media tinta. Las representaciones topológicas de los caracteres humanos en el cráneo, hoy día considerado como seudociencia, ha sido un acierto por parte de diseñador.

   Con una obra de 1930, y considerando a Stapledon como un literato del pensamiento dado a escribir sobre "cosas extrañas", desde luego que no podemos decir que se trata del bestseller del momento. Más bien de una obra necesaria y digna de sacar del olvido, que ensalza la labor de una editorial.

 

@ 2003 Rafael Martín para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

 

2004-09-16 13:12   Banto
A pesar de que a ratos se me hizo un poco pesado, en general me gustó mucho.

Recomiendo su lectura pero con muuuucha calma y muuuucha paciencia.
2003-08-04 21:27   TOEL
Muy bien analizado, es justo lo que se puede esperar de este libro, un poco denso a veces, pero muy bueno en cunto que trata de varios temas como biologia y antropologia,para un libro en el que solo aparece un dialogo se lee bastante bien, el misterio de como acabará la evolución hace que no te puedas despegar de el, sin duda imprescindible.
2003-06-09 12:51   maxron
Buen artículo, bien expuesto. Felicidades. Aunque tal vez eche en falta una clara recomendación del libro, pues a mi juicio es un indispensable. Aclarar que, si bien es cierto el tono ensayístico o formal o académico de la obra, el estilo de Stapledon es ligero y al alcance de todo el mundo. Que nadie se asuste, pues.
Y la edición, un lujo.
2003-06-06 21:46   Groo
Buen artículo, claro y conciso. He de confesar que el tema me atrae bastante, el futuro de la humanidad paso a paso y su vuelta a comenzar. La verdad es que desde que lo vi por primera vez me gustó, y creo que tras leer el artículo he recibido el empujón que necesitaba para hacerme con el y conocer ese incierto futuro.