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La Noche Roja,
de León Arsenal
2003, Pulp Ediciones y Metrópolis, Gotas (3)
El autor en cYbErDaRk.NeT |
por Iván
Alonso, junio 2003
Lo cierto es que ha resultado bastante curioso
encontrarse con una iniciativa editorial como esta colección Gotas
de Pulp Ediciones. En estos tiempos que corren, donde cada día nos
extraña menos encontrar tremendos mamotretos hábilmente divididos
en inacabables colecciones, se diría que es hasta chocante que alguien
se atreva a publicar novelas cortas. La extensión de estos libros,
así como la edición en formato similar al de bolsillo, hacen que
el precio final de venta sea increíblemente competitivo incluso
comparándolo con las grandes editoriales del país, así que poca
excusa quedaba para no hincarles el diente.
De este tercer volumen de la colección, que se
nos presenta como historia de ciencia-ficción, me atrevería a decir
que es en realidad una mezcla con muchos tintes de novela negra
y una ambientación en un mundo futuro.
El protagonista, Cigal Fastul, funcionario de
la Oficina para Exteriores, es el encargado de los visitantes extranjeros
de paso en Ercunda, un curioso planeta con una rotación de 48 horas,
el doble que en la Tierra. Sus habitantes viven en ciclos diurnos
y nocturnos, teniendo calurosos días de luz y frías jornadas de
noche interminable. Allí las horas de sueño coinciden con los amaneceres
y los anocheceres, y son llamados Miquiníes y Stiquies ante la imposibilidad
de llamar noche o día a un periodo u otro. Este planeta, Ercunda,
orbitado por la gran luna roja Panac, es un inestable avispero político
donde los golpes de estado son más habituales de lo deseable. El
gobierno actual, poco mas que un régimen dictatorial con su propia
policía política, esta pasando por una peligrosa etapa de continuos
problemas, atentados terroristas e inseguridad ciudadana.
No es probablemente el mejor momento para la
llegada de Cosmos a Moa, un agente terrestre contratado para dar
caza a un peligroso asesino cuyo rastro se dirige hasta Ercunda.
Si hacemos una rápida traducción, tendríamos a un fumador empedernido
que trabaja como agente de aduanas (Cigal Fastul), un investigador
privado (Cosmos a Moa) y un criminal fugitivo (Gruu Muna), ingredientes
típicos de la novela negra.
Con la ayuda de D.Rae, un misterioso apaciguador
(una mezcla entre policía, cazarrecompensas y oficiante de bodas),
Fastul irá entrando cada vez mas en las investigaciones sobre el
peligroso y aparentemente ilocalizable criminal.
Lo mas interesante del libro es, sin duda, el
viaje interior del protagonista, que comienza con una vida cómoda
y tranquila y ve como los acontecimientos a su alrededor van influyéndole
poco a poco. Su trabajo, normalmente tranquilo, para el gobierno,
y su vida en pareja con Bilgrum (Bilgrum3, tercera de cinco hermanas
clónicas incapaces de hablar en términos de individualidad), se
verán profundamente modificadas por los sucesos que acarrearán la
investigación sobre Muna y la amistad de Cosmos a Moa.
Las tramas políticas de las diversas facciones
interesadas en el control del planeta se entremezclan con el trabajo
gubernamental de nuestro protagonista, con las responsabilidades
de Bilgrum en una embajada extranjera y las necesidades de Cosmos
a Moa de dar caza a su objetivo en el menor tiempo posible. Todo
se irá complicando con el aumento de la tensión política y social
que traen algunos atentados terroristas, y obligará a Fastul a ocuparse
mas de su faceta policial de lo que probablemente él mismo desea,
abandonando una vida de estratégica neutralidad necesaria en un
planeta tan inestable.
Para no desvelar más detalles de la trama de
los deseados, bastará con decir que la investigación se complica
cuando Fastul descubre que Gruu Muna parece tener unas habilidades
más allá de lo común.
El libro está escrito sin entrar en grandes piruetas
literarias y con una prosa bastante fluída así que, sin duda, se
deja leer con mucha facilidad. Esto, sumando al hecho de que el
formato sea el de novela corta, ayuda a que el resultado sea bastante
positivo. Sin hacer necesarias cientos de páginas, los personajes
quedan perfectamente definidos y su forma de actuar es perfectamente
creíble, en vista del resultado final. En mi caso particular, el
libro me duró una sola tarde de estas pre-veraniegas jornadas abrasadoras,
lo que sin duda ayudó a la ambientación en este marciano planeta
teñido de rojo que es Ercunda.
Si queremos achacarle algo, quizá se eche en
falta una mayor implicación de lo que sería el propio planeta en
sí en el argumento del libro. Estas jornadas nocturnas y diurnas
hacen que algunos habitantes de Ercunda mantengan prácticamente
dos vidas paralelas, e incluso algunos adopten nombres y costumbres
diferentes para cada período. Sin embargo, es un factor que apenas
influirá en la historia y que hubiese podido dar mucho mas juego.
Indudablemente, la historia se basa y se mantiene en otros factores,
así que no se le pueden restar méritos.
Del autor poco puedo decir que no se haya dicho
ya. Cabría mencionar que León Arsenal es realmente el pseudónimo
de un madrileño nacido en 1960, cuya principal obra en cuanto a
ciencia-ficción se centra en cuentos cortos, publicados en fanzines
y revistas del género. Aparte de eso, una novela a medio camino
entre la fantasía heroica y el pulp-fantástico en colaboración con
José Miguel Pallarés (Bula Matari) y una antología de relatos (Besos
de Alacrán), y su dedicación durante los últimos años a la novela
histórica puede ser quizá lo más destacable de este poco prolífico
autor.
Como curiosidad editorial, quizá se podría decir
que el autor de la portada no es Qeu Nümura, tal y como reza en
el libro, sino J.M. Ken Niimura, dibujante de cómic, ilustrador
y traductor de japonés. Supongo que se podrá achacar a los duendecillos
de la imprenta o a la confusión del autor de este artículo, aunque
personalmente optaría por la primera alternativa.
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