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por Plastikman Esta crítica ha sido leída 14895 veces


Titus Groan,
de Mervyn Peake

Título original:
Titus Groan
(1946)

Traducción:
Rosa González y
Luis Doménech

Portada:
Enric Iborra

Minotauro, 2003

El autor en cyberdark.net

 

   Mervyn Peake nació en China en 1911, hijo de misioneros británicos. En 1939 fue reclutado en Inglaterra y comenzó a escribir Titus Groan en Anotadores. Enviaba los manuscritos a la casa que alquiló en Sussex durante el conflicto y su esposa los ponía debajo de la cama, para tenerlos cerca y poder rescatados en caso de ataque aéreo. En 1942 tuvo una crisis depresiva (estaba atándome los cordones cuando, de pronto, me di cuenta que era incapaz de volver a obedecer una orden) y fue dado de baja por invalidez mental. Hacia el final de la guerra volvió a ser convocado por el gobierno británico, esta vez como artista: le pidieron visitar el campo de concentración de Belsen en Alemania. El resultado de la visita fueron unos aterradores dibujos de niños agonizantes. Según afirmaba el propio Peake, la experiencia terminó de volverlo loco.

   Un editor llamado Graham Greene (¿les suena?) le ofreció publicar Titus Groan. En su primera lectura Greene fue implacable (tengo ganas de romperte el cuello porque, leyendo el manuscrito, siento que estás arruinando una historia de primera por pereza). Después de varias revisiones fue publicado con ilustraciones del propio Peake en 1946. Como se suele decir, el resto es historia.

   Titus Groan, primer libro de la trilogía de Gormenghast, se alza, en palabras de Rafael Llopis, como una de las últimas obras de literatura gótica. Sin embargo no puede considerarse simplemente una novela gótica aunque tenga elementos de ella, como la ambientación de tintes románticos y tétricos, abundantes personajes atormentados y una atmósfera decadente. Abarca otros géneros como la fantasía, pero una fantasía distinta a la épica o heroica, construida con la imaginería que florece en el lenguaje de Mervyn Peake; el terror, casi invisible al carecer de hechos sobrenaturales pero con unas descripciones tenebrosas y sombrías que ponen literalmente los pelos como escarpias; o el misterio, al rodear al lector y absorberlo, encerrándolo poco a poco con el lenguaje obsesivo, extravagante y claustrofóbico que convierte al castillo Gormenghast en un mundo muy visual. Otro punto fuerte está en unos diálogos geniales que alimentan la curiosidad y ayudan a sobrellevar la densidad de la lectura, sembrando la necesidad de saber cómo concluye la historia.

   En sus páginas Peake construye un mundo absolutamente extraño y original: Gormenghast. No sólo es un castillo sino que constituye una entidad que mantiene esclavizados a toda una familia de aristocráticos inquilinos mediante "la tradición y la ley", que durante generaciones se ha repetido sin motivo aparente. Ni una mota de polvo parece haberse movido durante siglos. La familia cumple pasiva y severamente responsabilidades ridículas que deben de cumplir cada día. Así, todos los personajes que habitan el castillo son el vivo retrato de la extravagancia y el surrealismo, resultando a la vez entrañables y mágicos.

   Lord Groan, septuagésimo Conde Gormenghast, vive imaginando ser un búho y apenas sale de su majestuosa biblioteca; Lady Gertrude roza la paranoia al dedicarse exclusivamente a sus pájaros (algunos habitan en su pelo) y sus mullidos gatos, sin ocuparse lo mas mínimo de su adolescente hija Fucsia; la romántica y trágica Fucsia vive en un mundo aparte poblado por su imaginación y caprichos; Titus, "el heredero", extraño niño de ojos lilas, es el auténtico protagonista ya que se narran sus dos primeros años de vida, aunque hasta casi el final del libro no tome ese papel principal; las hermanas gemelas del conde, Cora y Clarece, la personificación del narcisismo y los delirios de grandeza aristocráticos, alentados por Pirañavelo, el protagonista más factible, un simple pinche de cocina que intenta destruir a la familia Groan para alzarse con el poder. En este personaje se distingue cierta irrealidad ya que cada vez que se expresa lo hace de una manera culta e irónica que en nada se parece a la de un previsible pinche de cocina.

   Por último están los criados, que viven y mueren por el castillo y la familia, como Agrimoho, un anciano milenario maestro de ceremonias que ignora sus propósitos pero hace cumplir autoritariamente "La tradición de la familia Groan"; Vulturno, un descomunal cocinero que tiraniza a sus pinches y rivaliza violentamente con el criado Excorio, un anciano que ha servido toda la vida a Lord Groan. Estos dos últimos cobran importancia en un episodio dedicado a sus peleas, inundado de comicidad y grandes momentos. Como se puede ver, los personajes de Gormenghast hacen pensar en ocasiones en Monty Python. Y a pesar de lo delirantes que resultan están muy bien caracterizados y sus personalidades son entrañables. La imaginería de Peake guarda sensibilidad y cordura.

   Por lo que se refiere al lugar narrativo, Gormenghast es la personificación literaria de un enorme castillo constituido por varios edificios. Su enormidad envuelve a los personajes y sus obsesiones en un mundo inmenso que se asemeja a una cárcel, con unos muros más mentales que físicos que los van atrapando según avanza la lectura. Y la belleza de la descripción nos instala en sus numerosos escenarios, describiendo ambientes tan hermosos como "La Habitación de las Raíces" o "La Sala de las Tallas Brillantes", un lugar donde se almacenan figuras que realizan los plebeyos que habitan fuera del castillo y que cada año se consagran a realizarlas.

   Se puede decir que los lectores de literatura fantástica de la segunda mitad del siglo XX se podrían dividir en dos grandes grupos: los de Tolkien y los de Peake. Aunque ni Titus Groan ni su autor tuvieron demasiada popularidad, dada la difícil vida de su autor y su maníaca preocupación por el detalle, estilísticamente gozan de una importancia similar, constituyendo Peake la antítesis temática de Tolkien: Peake escribe sobre la ambición mientras que Tolkien lo hace sobre los ideales humanos y actos heroicos; Peake predica sobre la acción de las palabras, Tolkien sobre la acción del argumento, usando ambos mucho el recurso detallista. Y, a pesar de las diferencias, son autores de la posguerra que intentaron comunicar su sensibilidad con diferentes experiencias: el primero lo trató poéticamente en el sentido de la elección estética que le esclaviza a la hora de construir la inmensa mole que es "El castillo Gormenghast", dando vida al mismo. El segundo lo trató humanamente, valorando los sentimientos de una forma más idealista, centrándose en las aventuras y sentimientos de los personajes.

   No obstante, con el tiempo Peake se hizo un autor con obras únicas, convirtiendo la trilogía en una obra de culto destinada a la obsesión de unos pocos que, con el paso del tiempo, han ido creciendo en número. Quizás escribió una fantasía intelectual que se consagra más a la personalidad de los personajes, a la imaginación y a la exposición de maravillas que a las aventuras y a la acción. En palabras de Christopher Lee, que ha participado recientemente en una adaptación para televisión filmada por la BBC,

  La imaginería de este libro y esta serie define para mí el término francés de grotesquerie. No puedo compararlo con los films góticos que hice para la Hammer hace cuarenta años. Aquellos eran imaginativos, pero este trabajo tiene todas las emociones posibles: es triste, es tremendamente gracioso, es aterrador, es perverso. No se puede comparar el trabajo de Peake con el de Edgar Allan Poe o el de Bram Stoker. Es completamente diferente. Mervyn Peake inventó un estilo. Es único

Así Titus Groan ofrece al amante de las palabras una fábrica de metáforas de una rara belleza. Es un libro que proporciona una lectura fascinante y hermosa que no es costumbre encontrar. Sin duda una joya literaria recuperada del olvido que hará las delicias de los paladares bizarros.

 

©2004 Plastikman para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

    

2004-10-22 09:45   Nycteris
Christopher Lee, Excorio (Flay) en la version de la BBC del libro (maravillosa) y quien ademas conocio a Peake, dijo que la mejor clasificacion para la obra es "grothesquerie" y estoy de acuerdo con el.
El estilo como bien lo segnala Irluachair es sumamente decimononico, cosa que se aprecia mejor en la edicion en ingles, esta escrito en un ingles bastante arcaico (tuvo que buscar algunas palabras definitivamente en el diccionario). Me parece una obra interesante, con pasajes y personajes sumamente bien logrados (Fuchsia por ejemplo o Sepulcravo) y lo mejor la evocacion logradisima de un lugar como Gormenghast. Estoy de acuerdo con Nail Gaiman cuando dice que le gustaria que se casa fuera Gormenghast cuando el se hiciera mayor...

Atencion con los bellos dibujos de Peake!
2004-02-18 12:25   jordana
Hec diez años que me lo lei y Minotauro que yo sepa no ha editado los dos restantes. Asi que si esperais , en el interin os casais y teneis hijos como yo.
2004-02-10 14:23   jumpin´ike
Este inmenso libro es solo la punta del iceberg de la triología. Un libro magnífico, tan enorme como el castillo del que habla. Ya era hora de que se hablase de él. Ojalá Minotauro nos deleite pronto con "Gormenghast" y "Titus Solo".
2004-02-03 21:13   blackonion
No voy a decir más que una cosa: esta misma tarde he encargado el libro. Tiene muy buena pinta.
2004-02-02 13:19   Chip
Muy buen artículo que ratifica lo que ya sabíamos, que Titus Groan NO es una obra literatura fantástica, simplemente roba algunos elementos propios de este género, especialmente la ambientación.
2004-02-02 03:24   Roy Batty
Muchas felicidades Plastikman, es una crítica estupenda que refleja a la perfección lo que pienso de este libro; una auténtica joya.
2004-02-02 01:20   Irluachair
Me da que este libro tiene una peculiaridad que nunca se comenta, por lo que yo he podido degustar. Me parece que la experiencia como lectura es muy difrenete de leerlo en Inglés original o en castellano. He leido comparativamente algunos capítulos, y la experiencia de leerlo en Inglés es de una intensidad y un estilo muy marcado, que se hace extremadamente incisivo, maquiavélico y retorcido, y que de alguna manera no es posible reflejar o es muy diferente al del castellano. No es sólo por la calidad traducción , que casi siempre hace perder al texto algo, sino la misma textura del inglés, que es una lengua muy onomatopéyica y puede llegar a ser muy agresiva y sibilina, y que contiene muchos registros de afectación y clase social, que hacen el texto una obra maestra de lo repugnante.

No se si me explico

2004-02-01 21:30   Groo
Ya había oido hablar bastante sobre ésta obra, pero hablar un poco más pormenorizadamente de la "fauna" que puebla ese castillo no está de más para los que como yo aún no la han leido, y la verdad es que no se a que espero. Quizá sea éste artículo el acicate que necesitaba.

Sólo espero no perderme en la inmensidad del castillo.