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Los cuervos del Zangre,
de Lois McMaster Bujold
Título original:
The Curse of Chalion (2001)
Traducción:
Manuel de los Reyes
La Factoría de Ideas Solaris Fantasía, 2003
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por María Jesús Sánchez, febrero 2004
La verdad es que cuando empecé a leer este libro no las
tenía todas conmigo. Acostumbrada a una Bujold enfangada en granadas de agujas,
agujeros de gusano y sociedades preocupadas por las innovaciones genéticas, no
podía hacerme a la idea de cómo sería esta autora enfrentada a un
asunto como la magia.
Y la verdad es que su ya larga carrera como escritora de ciencia
ficción sin duda se trasluce a lo largo de toda esta novela, porque Lois nos ofrece
una imagen de la magia, tan racionalizada y clara, que chocará en gran medida al
lector aficionado a la fantasía clásica que se acerque a su obra. Así
que, en primer lugar, un aviso para navegantes: esta no es una obra convencional en lo que
se refiere a esa suspensión de las leyes de la realidad que da paso a lo que llamamos
"fantasía".
Pero mejor si entramos en un análisis de la génesis de
la obra y sobre una particularidad que presenta su publicación. La novela que en
castellano ha aparecido con este título corresponde a la primera mitad de la obra
original inglesa, The Curse of Chalion. No hay ninguna razón objetiva para
su división, salvo el que la editorial haya considerado la extensión entre
esas razones. Así que a la hora de analizar la obra nos encontramos con que esta
primera parte no puede entenderse sin la segunda, que ha salido al mercado con el nombre
de El legado de los cinco dioses, por lo que en esta reseña aludiremos a
algunas características que se desarrollan más claramente en esta primera
parte y dejaremos otras para el segundo libro.
Para nosotros, lectores en buena parte españoles, Los
cuervos de Zangre ofrece un aspecto algo inusual. Desde la primera página,
donde aparece el mapa de Chalion, notamos una sensación extraña... Esa
sensación desaparece cuando inviertes el sentido de la página y te das
cuenta de que Chalion en realidad es el mapa de la península Ibérica
vuelto del revés, de modo que Cataluña queda, aproximadamente, donde
estaría Huelva, y Tarifa donde Bilbao... Ya repuestos de este primer susto cabe
la posibilidad de que uno se pregunte si aquí termina todo, pero hay que contestar
que no. The Curse of Chalion surge de un curso que Lois MacMaster emprendió
sobre Historia Medieval española, empujada a ello por su amiga Pat McWrede, como
ha contado ella misma en la dedicatoria del libro y en múltiples entrevistas.
Quedó fascinada por el episodio de la llegada al trono de Isabel I la
Católica y el modo en que esto supuso la unificación de los dos principales
reinos españoles, lo cual ha usado como fondo de la trama haciendo una
trasposición de los monarcas españoles a la rósea Iselle y el
heredero del trono de Ibra, Bergon.
Tampoco acaban aquí las sorpresas, ya que el lector de habla
hispana notará también que los nombres suenan de forma bastante familiar:
así ocurre con el nombre del castillo donde vive el roya (rey) de Chalion, el Zangre,
inspirado por el alcázar de Segovia según la misma Lois reconoce. Y
también influye en nombres de personajes, como en el del protagonista, Lupe de
Cazaril, Betriz, la amiga y confidente de Iselle y en los de ciudades como Valenda o
Cardegoss. En esto habría que considerar los gustos, pero hay que decir que este
vago sonido "hispanizante" no es muy eufónico que digamos en nuestra
lengua, lo cual a veces da una sensación "rara" cuando emprendes la
lectura; si bien una vez que uno se adapta a él no se convierte en un problema
¿Qué encontramos en esta primera parte? Lois dedica estos
primeros catorce capítulos que componen Los cuervos del Zangre a introducirnos
en los entresijos políticos y religiosos del mundo de Chalion y a presentar los
personajes que desencadenarán el principal nudo argumental en los capítulos
que siguen. Más o menos el planteamiento sería el que sigue. Cazaril regresa
de una "estancia" indeseada como galeote en una galera roknari, tras un incidente
militar al que podemos considerar al menos "poco claro" y que el mismo Cazaril no
comprende. Sin embargo, con la salud destrozada y el ánimo quebrantado, no le anima
ningún propósito de venganza, sino más bien de supervivencia. Para
ello regresa a Valenda, donde vive la antigua royina Ista, bajo el cuidado de su madre, y sus
dos hijos, Iselle y Teidez. El actual roya era el hijo de un primer matrimonio del marido de
la royina, el roya Ias, lo cual hace que, mientras no tenga hijos propios, sus herederos
sean Teidez e Iselle por este orden. Cazaril es nombrado secretario de la rósea
(título similar a infanta o princesa) Iselle, justo en el momento en que ambos
hermanos son llamados por el roya para que acudan a la capital, Cardegoss, donde se
encuentra el Zangre, castillo-palacio que es la residencia real. Allí los hermanos
y su personal se ven envueltos en una intriga cortesana bastante compleja en la que
tienen un importante papel el "valido" del roya, Martou de Jironal y su
hermano Dondo. Sobre el monarca además pesa una extraña maldición
(que da nombre al título en inglés de la novela) que lo persigue a
él y a su familia y que amenaza con acabar con todos. En este momento de la novela,
nada sabemos aún de la naturaleza de esa maldición, aunque poco a poco
vamos descubriendo el papel que Dondo tuvo en que Cazaril fuera apresado y puesto en
manos de sus enemigos. El final de esta parte se encuentra en un punto álgido
de la trama, cuando Cazaril emplea un recurso mágico desesperado para librar
a la rósea e incluso a sí mismo de las intrigas de Dondo. Como consecuencia
de esa desesperada medida comenzará lo que es el verdadero desarrollo del nudo
argumental que tendrá lugar ya en el segundo libro.
Podemos decir que en esta primera parte asistimos al planteamiento
y al primer clímax de la historia, es decir, a la presentación de los
personajes y los conflictos que los enfrentan, para desarrollar posteriormente a partir
de aquí lo que será ya la verdadera trama de la novela. Por ello, lo
único que podemos es hablar de éstos y de su caracterización,
así como de la religión chalionesa, sin duda, uno de los elementos
más originales e interesantes.
Entre los personajes ya mencionados falta Umegat, el encargado
de un zoológico, pasión del roya, y del cual es el principal responsable.
Se trata de un roknari, es decir, de un enemigo tradicional de Chalion, ya que los
roknari son los habitantes de unos principados norteños con los que Chalion ha
mantenido un fuerte enfrentamiento militar a lo largo del tiempo. En un principio su
misma existencia es algo sorprendente, así como la del zoológico, pero
luego a lo largo de la trama quedará patente la importancia de ambos. De hecho,
la mayor parte de lo que aprenderemos de la religión chalionesa lo haremos a
través de las conversaciones de Umegat con Cazaril, razón por la cual
Lois ha reconocido haberle prestado una atención especial.
Pero, ¿en qué consiste esta religión tan original?
En primer lugar no es ni monoteísta ni politeísta en sentido estricto,
ya que se trata de un quinteto de dioses en forma de familia a cuyo cuidado quedan
sectores distintos de la realidad. Así tenemos el Padre, dios del invierno
y todo lo asociado con él, la Madre, diosa del verano, la Hija, de la primavera,
y el Hijo, del otoño. Queda un quinto dios, el Bastardo, que queda encargado de
todo aquello que es marginal y no cae bajo la órbita de los distintos dioses, y
que también cubre algunas facetas oscuras bastante interesantes, en especial en
lo que a la magia se refiere. Con esta estructura veremos intervenir a lo largo de
las dos novelas a los diferentes dioses actuando según los papeles que esta
curiosa religión les ofrece, de un modo bastante sorprendente y que de alguna
manera evoca un poco a los dioses griegos, a cuyas personalidades y acciones en
algunos casos nos recuerdan.
En cuanto a la magia, queda considerada como una interferencia
del mundo espiritual, comandado por los dioses, en el mundo terrenal de los humanos, y
es percibida como una anomalía que no sigue los cauces normales de
interacción de dioses y hombres y que, por lo tanto, en algunos momentos puede
estar revestida de un gran peligro. Esa magia tiene también un aspecto positivo,
en el sentido de que hace a algunos seres humanos "santos". Esta concepción
de la santidad es también bastante original y de una cierta inspiración
oriental, ya que le ofrece al ser humano investido con ella una visión especial
de la realidad y, sobre todo, de esa dimensión espiritual que la realidad tiene.
Estas dos facetas de la magia tendrán su papel en el desarrollo de la trama,
aunque principalmente podremos ver esto desarrollado en el segundo libro.
Respecto a los personajes, no hay sorpresas. Siguen la misma tónica de otros que ya son conocidos por
sus seguidores. Para los que aún no conozcan su obra decir que son personajes muy
coherentes, variados, bien dibujados, a cuyos conflictos, debilidades, aciertos y dudas
asistiremos en primera fila y con los cuales resulta muy fácil identificarse.
Cuanto más se adentra uno en la narrativa de Lois McMaster, más claro
queda que ésta es una de sus principales bazas. En especial en lo que se refiere a
sus protagonistas, antihéroes maltratados por la vida, siempre al borde de la
muerte, luchando desesperadamente por salvarse a sí mismos y a los demás,
sin perder por ello esa cualidad reflexiva que los hace tan interesantes y ese dulce
sentido del humor que los convierte en entrañables y humanos. A lo largo de esta
narración nos sentiremos en la piel de un Cazaril desesperanzado, que
simplemente espera poder aguantar lo suficiente para cumplir con su misión y
para el que la muerte empieza a parecer más una liberación que un hecho
aterrador, pero que a la vez se pregunta y quiere saber lo más posible sobre el
mundo que lo rodea y lo destruye. Un elemento a destacar en especial en este personaje
será sin duda la humildad que lo caracteriza y que tendrá también
un papel importante en los hechos que constituyen el argumento.
En cuanto a los personajes femeninos, Bujold nos presenta su
habitual mosaico de fuertes caracteres en los cuales hace un análisis
pormenorizado del papel que las mujeres desempeñan en la política y en
la sociedad, papel que no suele reflejarse en los libros de historia pero que sin
duda contribuye en gran medida a crearla. Es muy difícil, cuando se es mujer,
no sentirse en las entrañas de la provincara de Baocia, de la royina Ista o de
la misma Iselle, enfrentada junto con ellas a un mundo que en general nos destina a
papeles secundarios, pero en los cuales, con frecuencia, se juega el hilo principal
de la historia con hache mayúscula. No quiero decir con esto que estemos ante un
libro "feminista", pero sí ante uno que ofrece una variedad amplia de
personajes femeninos, consistentes, con sus contradicciones y sus valores, elemento que
de por sí enriquece extraordinariamente la lectura.
Un buen libro, curioso, sorprendente, entretenido... pero que ha de
leerse junto con el que le sigue o no entenderemos nada.
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