Rafael Casajús (atxinaillo), Septiembre 2004

   Por ahí hay quien dice que la fantasía épica está estancada y desfasada, y que poco o nada se puede hacer para renovarla. Supongo que estas opiniones surgen a partir de la observación directa de muchos de los títulos que podemos encontrar en las librerías. Y es que en la gran mayoría de las ocasiones sólo se trata de más de lo mismo contado por los mismos: historias de niños wonderboys en busca de su destino... que truncan de paso los siniestros planes del malo malísimo de turno; historias de lobos solitarios que reniegan de un pasado oscuro y turbulento que intentan encontrar esa paz y ese amor negados durante toda su vida... eso sí, a espadazo limpio; o también historias en donde un grupo de personajes de lo más variopinto se reúnen a causa de sucesos inexplicables y deciden buscar/crear/destruir un objeto que de por sí solo es la leche... pero que si cae en malas manos lo es todavía más.

   Hay veces en que estas fórmulas siguen funcionando, y nos hacen pasar buenos ratos, pero en otras –las más, por desgracia– ¿no os cuesta un trabajo enorme reprimiros las ganas de gritar y tirar en libro por la ventana?

   Por suerte para nosotros, todo esto parece estar cambiando en los últimos tiempos. Estamos asistiendo a una explosión de creatividad y originalidad tanto nacional como extranjera que está dando como resultado que muchos lectores noveles –y otros no tanto– se apunten a un género otrora marginado e infravalorado. Hoy día no resulta tan extraño ver libros de Sapkowski en casa de un amigo compartiendo estantería con los Saramago o García Marquez de toda la vida, y el librero ya no te pregunta si te envuelve Máscaras de matar en papel de regalo para tu primo chico porque te lo haya visto coger del anaquel raro donde pulula tanto elfo y enanillo.

   Me ofrecieron leer el libro El forjador de Rakag y hacer su posterior reseña, y animado por toda esta euforia creativa, acepté. A priori, no esperaba encontrar en el libro una capacidad de narración extraordinaria, al ser su autor una persona joven y sin aparente experiencia, pero sí tenía esperanzas de leer una historia vibrante que poco o nada tuviera de convencional. Toda esta ilusión se fue quedando en el camino, y es que, partiendo de la aparentemente original idea de contar la historia desarrollando dos tramas al mismo tiempo, nos damos con un canto en los dientes al comprobar que la dirección de ambas se asemeja a la fórmula utilizada a más no poder desde ESDLA, de buenos contra malos con objeto mágico de por medio.

   Tras un prólogo que narra la formación del mundo de Astum donde se desarrolla la acción, y de una disputa entre los Dioses del Bien y del Mal, se nos presenta la historia de Húngar, un enano descendiente del famoso Clan del Martillo Rojo y heredero del poderoso martillo capaz de cambiar el destino del mundo, que jura venganza tras el asesinato de toda su familia y pueblo a manos de las fuerzas del mal que roban el arma. A partir de este momento comienza una alocada persecución al más puro estilo Aragorn buscando a Merry y Pippin en la que hasta el lector termina cansado de tanto subir y bajar montañas, y que concluye felizmente cuando el Enano acaba él solito con toda la compañía enemiga y recupera su martillo, inaugurando así una nueva modalidad de guerrero denominada Enano Marine Ranger, más o menos igual que el Légolas Marine Ranger de Peter Jackson, pero a la española.

   Paralelamente a esta se desarrolla una segunda historia en la que un joven humano huérfano, llamado Andros, experimenta las sensaciones de ver morir a su protector, escapar milagrosamente de la muerte, ser recibido en audiencia por el Rey y, finalmente, retozar con una princesa –que para variar es una top model–, TODO TODO TODO en un mismo día. La única duda que tengo es la de si se le caía el pelo con semejante ritmo de vida.

   Esta otra historia tiene algunas situaciones verdaderamente surrealistas, como aquella en la que, estando una ciudad sitiada por un ejército orco y a la espera de un inminente ataque, fallece su rey y los defensores deciden hacer turnos para ir a verlo de cuerpo presente. Yo me lo imaginaba tal que... Oye Johnny, coge mi arco y mis flechas que voy a ir a ver el cadáver de nuestro queridísimo Rey a la iglesia. Dame un toque al móvil por si los pesaos estos se deciden a atacar... ¿Os lo imagináis?

   De esta guisa, cada historia se va desmigando por separado, de forma más o menos acertada, hasta que al final ambos personajes se encuentran, junto con otros que se les van uniendo por el camino, y llegan a formar una sólida compañía en la que quedan representadas todas y cada una de las razas del bien que habitan el mundo de Astum: enanos, elfos de la luz, humanos, grefos y nómadas.

   Cada uno de los típicos estereotipos del género quedan representados en los personajes, siendo los más paradigmáticos los de la nómada, una poderosa maga –y top model para no desentonar con la princesa– que carece de experiencia alguna o el elfo, un príncipe aventurero con la conciencia ecológica hiper desarrollada que es todo un experto en el uso del arco y las dos espadas. El único que a priori se podría salvar es el grefo, y es que a mi entender es una raza ideada por el autor y que queda sujeta a su capacidad de inventiva. Pero ni por esas. Los grefos parecen más una copia de los kenders de la Dragonlance que otra cosa.

   Si hay algo positivo que se puede destacar del libro, eso es, sin lugar a dudas, sus combates y duelos. Dejando aparte la aparente invencibilidad de algunos personajes, el autor se transforma por completo en estos momentos de acción, y hace gala de una capacidad de narración más que aceptable, describiendo cada situación con todo lujo de detalles sin llegar a ser sangriento. Eso me ha encantado.

    Así, en resumidas cuentas, la historia que se propone no nos dice nada nuevo, presentando algunas lagunas, contradicciones y situaciones poco más que "extrañas". Si eres de los que gustan la Dragonlance y demás, posiblemente te guste leerlo y hasta lo tendrás por bueno. Pero si ese no es tu caso y buscas algo más original... mira por la página. Seguro que encuentras algo.

© 2004 Rafael Casajús (atxinaillo) para cYbErDaRk.NeT
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