David Quirós Nuño (Lobokell), Febrero 2005

   Aexe Cardinal. Un nuevo mundo, un nuevo campo de batalla para los Primeros de Tanith, los apodados Fantasmas de Gaunt. Un planeta que lleva cuatro décadas estancado en un cruenta guerra, una guerra que ha mermado sus recursos e, incluso, retrasado su nivel tecnológico hasta el punto de que en la actualidad combaten al estilo de la Primera Guerra Mundial. Una horrible guerra de trincheras, donde los hombres son meros números y las bajas se contabilizan en múltiplos de mil. Sin embargo una fuerza imperial, dentro de la Cruzada de Sabbath, ha sido enviada a Aexe Cardinal para apoyar a las exhaustas tropas de la Alianza, capitaneadas por la noble nación de Aexegaria, frente a la tenebrosa República de Shadick. Nuevamente los Fantasmas de Gaunt se verán enfrentados tanto a la adversidad como ante sus propios mandos, pues la especialidad de los hombres de Gaunt no es precisamente resguardarse tras una red de trincheras y esperar al enemigo. Además, en la Alianza hay mandos que no comprenden que con la llegada de las tropas imperiales la guerra ha cambiado. No aceptan que están anticuados y que deberían aceptar de buen grado la asistencia imperial. Y en estos casos los que sufren el resultado siempre son de infantería. Por otro lado, quizá el Imperio no sea el único que considera a Aexe Cardinal un planeta digno de atención. Las fuerzas del Caos no son previsibles y nunca se sabe donde podrían aparecer. Finalmente, los Fantasmas deberán enfrentarse a la peor de las amenazas, a la corrupción interna, representada en este caso por Lijah Cuu, el maldito asesino del entrañable Braag y a quien sólo Larkin "el Loco" puede detener.

   En el cruel universo de Warhammer 40000 la Guardia Imperial constituye el grueso de las fuerzas que forman el último baluarte frente al Caos y demás amenazas alienígenas, y dentro de ellas destacan los mencionados Primeros de Tanith. Esta unidad surgió en un crisol de vida y muerte, pues son los únicos supervivientes de la destrucción de su planeta natal, Tanith, donde habrían muerto de no ser por el Coronel Comisario Ibram Gaunt, quien decidió retroceder del condenado planeta con tantas tropas como fue posible, pues luchar allí era inútil. Y así al menos sobrevivirían para vengarse de las fuerzas del Caos. Por este motivo a los Primeros y Únicos de Tanith se les denomina los Fantasmas de Gaunt. Un apodo que resulta aún más adecuado si tenemos en cuenta su increíble habilidad para el camuflaje y la infiltración.

   En cada campo de batalla los Fantasmas de Gaunt han ido forjando unos lazos únicos, tanto entre ellos como con su comandante, con quien algunos mantienen una extraña relación de respeto y odio que ha dado lugar en más de una ocasión a las más controvertidas situaciones. Éste es el sexto volumen de la saga, y en mi opinión está un poco por debajo del nivel de entretenimiento que encontramos en las demás novelas. Para el que lo desconozca, la saga de los Fantasmas de Gaunt consta, por ahora, de los siguientes títulos:

   Por otro lado estas novelas están dirigidas principalmente a los aficionados al juego de mesa Warhammer 40000. Sin embargo eso no significa que los legos en la materia se vayan a perder durante su lectura. Son narraciones muy sencillas y a mi modo de ver las de Dan Abnett sobre los Fantasmas de Gaunt son lo mejor que se ha publicado en español de este cruel universo. Principalmente recomiendo las tres primeras novelas de la saga, especialmente la tercera.

   La saga de los Fantasmas de Gaunt se encuadra, sin duda alguna, dentro del género de la space opera y su principal motor es la acción. Son narraciones muy dinámicas, fáciles de seguir y que si te atrapan no te sueltan hasta que has leído la última página. Sin embargo su principal virtud es también su talón de Aquiles: si buscas algo más que acción no lo encontrarás y terminarás dejando de lado la novela.

   En resumen, si quieres leer un space opera donde prima la acción entonces estás ante una buena opción. Busca un lugar tranquilo y aireado, y ponte a ello. Eso sí, no olvides tener cerca un barreño de agua y un juego de toallas, porque seguramente te salpicará la sangre.

© 2005 David Quirós Nuño (Lobokell) para cYbErDaRk.NeT
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