<< Volver

(nota: es posible que algunas imágenes y/o enlaces no funcionen)

La Ciudad de Cristal
de Orson Scott Card

Esta crítica ha sido leída 7813 veces



La Ciudad de Cristal,
de Orson Scott Card

Título original:
The Crystal City

(2003)

Portada:
Sara Salvador

Traducción:
Rafael Marín

Editorial:
Ediciones B
Nova Ciencia
Ficción nº 172
(2004)


El libro en cyberdark.net



Orson Scott Card

Libros en cyberdark.net

Biografía en cyberdark.net

Entrevista con Orson Scott Card


 

 

Daniel Gonzalo (dgonzalod), Enero 2005

   Hace unos cuantos años me encontré con uno de esos libros que consiguen que te enganches a un autor; el libro en cuestión era El juego de Ender, novela apasionante y entretenida donde las haya que nos presentaba a un escritor más preocupado por los sentimientos que por grandes batallas espaciales o búsquedas de tesoros mágicos. Así me acostumbré a leer todo lo que se publicaba de Card (y era bastante) y rápidamente devoré La voz de los muertos o Esperanza del venado, dos grandes novelas en las que los personajes importaban, consiguiendo que te interesaras por ellos y por sus problemas y circunstancias.

   También llegó a mis manos la saga de Alvin Maker iniciada en El séptimo hijo, en la que introdujo el concepto de una Norte América mágica donde todo el mundo tiene, en mayor o menor medida, un don y donde el séptimo hijo de un séptimo hijo tiene poderes de hacedor; esto es, en palabras de uno de los personajes, simplemente, "poder para hacer". Conocimos a las teas que ven los distintos futuros que tiene una persona según sus elecciones, o al deshacedor, uno de los mejores conceptos de la serie al no ser un ser humano sino un ente intangible que nunca se sabe cuándo o dónde va a aparecer. Durante varios años Card fue introduciéndonos en un trabajado escenario en el que, como toda historia alternativa que se precie, aparecían personajes históricos como invitados "estelares", siendo por ejemplo Ben Flankin uno de ellos

   Durante tres excepcionales novelas, El sétimo hijo, El profeta rojo y Alvin el aprendiz, nos adentramos en ese particular universo en el que importaban tanto o más los personajes que el trasfondo. Así vimos a Alvin Millar (al principio como hijo de un molinero asume el apellido de éste hasta que tiene una profesión) crecer, enfrentarse a los peligros que su némesis, el deshacedor, aprendía sus dones e, incluso, en Alvin, el oficial, encontraba una profesión convirtiéndose en Alvin Smith (herrero). Pero ya en éste último libro se encontraba uno con una novela más endeble. No obstante, con oficio, Card lograba salvar la papeleta y seguir interesando... hasta El fuego del corazón, sonoro batacazo por alguno de los motivos que veremos después, ya que comparte varios con la novela que nos ocupa

   Así llegamos a La torre de cristal, el capítulo más reciente de la serie. Después del desastre de la anterior entrega uno se pregunta si Card conseguirá remontar la historia del fondo en que se ha metido. Y durante algunas páginas parece que sí, que ha vuelto la garra. Pero, por desgracia, es un mero espejismo. Aunque no resulta el desastre total que supuso el mencionado El fuego del corazón, el mayor problema que presenta es que Alvin ha dejado de ser un personaje interesante, y sus aventuras no captan nuestra atención. La mayor baza de Card, los sentimientos de los personajes, brillan casi por su ausencia.

   La trama no es demasiado complicada. Varios años después de la anterior novela, Alvin llega a Nueva Barcelona, hasta hace poco llamada Nueva Orleáns, mandado por su mujer, Peggi (una tea), sin saber muy bien qué es lo que tiene que hacer. Como es habitual se busca problemas al ayudar a la gente de una plaga que asola la ciudad y termina dirigiendo a cinco mil esclavos y parias en una huida hacia el oeste, sin tener un rumbo fijo, en una especie de réplica del éxodo judío a través del desierto. También tenemos una subtrama en la que Calvin, el egoísta hermano pequeño de Alvin y también con dotes de hacedor, aunque menores, viaja hacia México con una expedición que pretende conquistarla y obligar a los mexica a abandonar los sacrificios humanos.

   Presentada de esta manera la narración se presume atractiva y, en realidad, lo es. Sin embargo según pasas páginas te va dejando de interesar la historia; da igual lo que haga Alvin ya que, como tiene unos poderes impresionantes y amigos fieles, no le pasará nada. Es más, aunque haya momentos supuestamente de mayor calado emocional no consigue transmitir al lector. Uno de los problemas que se encuentra un escritor con un personaje tan poderoso es que deja de ser interesante. Si a eso le sumamos que parece la encarnación del Bien en la Tierra, termina resultando nefasto para el conjunto; no existe nadie tan bueno ni tan desprendido hacia los demás. Se carga por completo la siempre necesaria suspensión de la incredulidad. Además la historia de Calvin se cierra en "dos patadas" y los personajes secundarios están poco trabajados, como Lilcoln, cuyo único motivo de aparecer es el de decir que aparece; aporta realmente poco a la narración. El único medianamente atractivo es Arturo Estuardo, cuñado mulato de Alvin al que ha enseñado algunas de las dotes de hacedor. Pero aun así sigue siendo un personaje deslavazado.

   Y es una verdadera pena porque Card tiene oficio, y aunque La ciudad de cristal deja de interesar en la página cincuenta sigue siendo una novela que se deja leer. Así que produce todavía más rabia; si tuviéramos al Card de los tres primeros libros de la serie seguro que la construcción de la ciudad de cristal sería mucho más apasionante que el trámite sin emoción de esta novela.

   La edición como es costumbre en Nova, sin ser una maravilla, es aceptable. Salvo algún detalle que queda más como curiosidad que otra cosa: después de 5 libros llamando a las poseedoras del poder de ver el futuro teas, aquí son antorchas, un detalle que no dificulta la lectura pero que resulta ilustrativo.

   Por último un pequeño comentario sobre la contraportada. Se hace llamativo seguir leyendo cosas como "Card, la gran revelación de la literatura fantástica de los últimos años", cuando El juego de Ender ganó el premio Hugo de 1986 y el Nebula de 1985. No estaría mal que los que redactan las frases promocionales actualizasen un poco sus conocimientos.

 

© 2005 Daniel Gonzalo (dgonzalod) para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

 

2005-01-26 18:50   Athor
De verdad una lastima, casi que no dan ganas de llegar al final. Llegue al oficial y sigo entusiasmada con la serie, si bien no es del nivel de las otras obras de Card.
Sin embargo, la idea general de los libros es muy interesante, en especial el concepto del Deshacedor (si cada vez que tejo pienso en eso... :mrgreen: )
En fin, llegaremos al final solo para ver que pasa con la Ciudad de Cristal mas que para otra cosa.
Gran error el de Card de estirar y estirar sus series... :roll:

ejem.... antorchas??? :roll: ::?
2005-01-22 19:47   brint
Aún no he podido leerlo pero, por lo visto, Card ha hecho una cosa bastante fea entre "Fuego del Corazón" y "La Ciudad de Cristal" y es que hay algunos puntos importantes entre ambos libros que no se mencionan en ellos, sino en historias cortas que Card ha escrito para Legends II (no publicado en España). Y ojalá encuentre de una vez por todas un final digno y acabe la serie de una vez, porque con tanto marear la perdiz no sé cómo va ha acabarla.

También se habla que Card tiene previsto escribir otra historia corta relacionada titulada "White Prophet", de lo cual se pueden sacar algunas teorías interesantes, pero no hay nada oficial de momento.
2005-01-20 00:48   Mordred P.
Comienzas el cuarto párrafo:

Así llegamos a La torre de cristal, el capítulo más reciente de la serie.

¿No es La ciudad de cristal?
2005-01-17 10:11   odo
Hombre, a mí no me ha parecido tan malo el libro. Casi diría que llega a alcanzar, por momentos, el nivel de los primeros de la saga.

Desde luego, coincido en que es mucho mejor que "Fuego del corazón"

Ah, y a mí también me llamó mucho la atención el detalle de las "antorchas" en vez de "teas", máxime cuando me parece que el traductor (Rafa Marín)es el mismo en todo la saga...