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Películas de viajes en el tiempo

Esta artículo ha sido leído 132835 veces

por Francisco Javier Esteban (Sisko) y Enric Quílez (Yarhel)


[ Reseña: Cronopaisajes ] [ El viaje en el tiempo en la cf ]
[ El futuro: ese país desconocido ] [ Películas de viajes en el tiempo ]
[ El viaje en el tiempo y el rol: una aproximación ]

Máquina del Tiempo

   Tanto el cine como la televisión han tratado en innumerables ocasiones el viaje en el tiempo. Aun así lo han hecho menos que en la literatura y su tratamiento no siempre ha sido notable, aunque bien es cierto que nos han dejado imágenes imborrables que forman ya parte de nuestro acervo cultural. Éste es el caso de la victoriana máquina del tiempo de Wells, el vórtice de energía azul-verdoso de El final de la cuenta atrás o, ¿por qué no?, el coche de Regreso al futuro.

   El cine, con un lenguaje sustancialmente diferente al de los libros, se ha centrado en los aspectos más espectaculares del viaje, ya sea mostrándonos fantásticas máquinas o fenómenos temporales, transportándonos a realidades alternativas, al pasado remoto o a un futuro sorprendente.

   Comentar todas las películas y series de televisión que han tocado la temática del viaje temporal de manera exhaustiva resultaría tedioso e inabarcable para las posibilidades de Cyberdark.net. Nos centraremos, pues, en algunas muestras que hemos considerado representativas, aunque tal vez no sean siempre grandes obras maestras. De hecho, algunas de ellas dejan bastante que desear cinematográficamente. Pero en el mundo del cine, y más concretamente en el cine de ciencia ficción, no se puede tener todo.

Empezando por el principio

   Empezaremos por el mismo lugar en que se suele hacer en literatura. El tiempo en sus manos (The Time Machine, 1960) es una adaptación de la conocida novela La máquina del tiempo de H. G. Wells. La acción empieza el 5 de enero de enero de 1900 en una cena de amigos. George, el protagonista, se presenta en un estado poco normal y empieza a contar a sus invitados las aventuras que ha experimentado al viajar por el tiempo en una máquina de su invención. Según se puede observar, en la máquina hay un cartel que pone Manufactured by H. G. Wells, por lo que aunque no se diga explícitamente, se presupone que el protagonista de la película, George, es el propio Herbert George Wells.

The Time Machine

   George viaja desde la época victoriana en la que vive hacia un futuro lejano. Durante el trayecto se detiene en varias ocasiones, destacando las paradas en las tres guerras mundiales sufridas durante el siglo XX, las dos que conocemos y una tercera situada en el año 1966, de efectos catastróficos para la Humanidad. El trayecto acaba en el año 802701, donde se encuentra que la especie humana ha evolucionado de manera insospechada. Por una parte existen unos seres muy parecidos a los humanos actuales, los Elois, que viven la vida de una forma totalmente inconsciente y despreocupada, en una sociedad sin leyes ni gobierno. Por otra parte están los Morlocks, humanos de apariencia monstruosa que viven en el subsuelo y cuya dieta básica consiste en Elois.

   La película, al igual que el libro, puede considerarse como una crítica a la sociedad victoriana de finales del S. XIX, donde en sus extremos encontramos la aristocracia y la clase trabajadora. La primera es considerada como la clase superior dado su mayor nivel de cultura y riquezas, que aprovechan para disfrutar de una vida relativamente ociosa y despreocupada. En cambio la clase inferior la forman los obreros embrutecidos por pésimas condiciones laborales e interminables jornadas de sol a sol.

   Para destacar dicha estructura, la historia invierte los roles sociales. Los Elois son el resultado de la evolución de la clase ociosa, la cual ha perdido su cultura e inteligencia y ha pasado a ser la clase inferior, simple ganado para los Morlocks. Por otra parte los Morlocks son fruto de la evolución de la clase trabajadora, que pese a que ha aumentado su embrutecimiento y han adquirido una forma monstruosa, ahora son la clase superior pues están en la cúspide de la cadena alimentaria. Pese a esta inversión, George simpatiza de inmediato con los Elois pues pese a ser bastante simples se asemejan a los humanos actuales y carecen por completo de la maldad que caracteriza a los Morlocks.

   Finalmente, merece una mención especial el diseño de la máquina del tiempo, perfectamente adaptado a la estética de la Inglaterra victoriana, y en general todos los decorados y efectos especiales de la película, que fueron premiados con un Oscar.

La máquina del tiempo (2.002)

   Siguiendo con la moda, el clásico ha sido revisitado. La máquina del tiempo (The Time Machine, 2002), más que una nueva adaptación del clásico de Wells, es un remake de El tiempo en sus manos en la línea de las preocupaciones y preferencias de nuestra época.

   El profesor Alexander Hartdegen, un científico de la época victoriana, inventa una máquina del tiempo y tras la muerte de su prometida viaja al pasado para intentar cambiar dicho suceso. Pero tras varios intentos se da cuenta que haga lo que haga no puede impedir su muerte. Para evitar el doloroso recuerdo de su amada decide utilizar la máquina del tiempo para viajar hacia el futuro.

   Alexander realiza un trayecto parecido al realizado por George en El tiempo en sus manos, pero con una diferencia significativa. Si en la primera película la Tercera Guerra Mundial suponía un hecho catastrófico para la humanidad, en esta película es el uso insensato y codicioso de la tecnología lo que provoca un desastre natural de consecuencias equiparables. Parece que el miedo a la guerra ha sido sustituido por el terror al uso descontrolado de la tecnología, mucho más al gusto de una sociedad como la nuestra aquejada por desastres ecológicos, superpoblación y heredera de la era atómica.

   El final del viaje también lleva al protagonista a un mundo habitado por Elois y Morlocks. Pero esta vez el argumento se distancia bastante de la idea original de la novela. Los Elois no se nos presentan ahora como unos seres indolentes y poco inteligentes, sino como un grupo multiétnico que vive en armonía con la naturaleza y que evita a los Morlocks viviendo en edificios construidos en zonas acantiladas. Sin lugar a dudas los Elois corresponden a los humanos actuales que han sufrido un proceso evolutivo que les ha despojado de nuestros aspectos negativos.

   En cambio los Morlocks siguen apareciendo como los malos de la película. Son los descendientes de aquellos que provocaron la catástrofe ecológica que asoló el planeta y que tras el incidente se refugiaron bajo tierra. La evolución les ha exagerado los aspectos agresivos y destructivos, y para no desentonar, su apariencia es monstruosa y terrible.

   Personalmente, nos quedamos con la película original antes que con el remake, entre otras cosas porque ha convertido en maniqueísmo lo que en el original era una crítica a la sociedad de finales del Siglo XIX. Aunque ya se sabe que con esto de las adaptaciones, uno nunca sabe cómo juzgarlas.

   Otra película que utiliza la idea de la máquina del tiempo de Wells es Los pasajeros del tiempo (Time After Time, 1979), también conocida como Escape al futuro. En ella Jack el Destripador va a parar al laboratorio de H. G. Wells, donde utiliza la máquina del tiempo para huir de sus perseguidores, cosa que explicaría su enigmática desaparición. Cuando Wells recupera la máquina se da cuenta que Jack ha viajado al futuro y decide perseguirlo. El trayecto le llevará hasta una alocada ciudad de Los Angeles del año 1979, donde Jack el Destripador parece sentirse muy a gusto con la violencia que encuentra allí.

   Con este argumento no se puede esperar nada del otro jueves, pero tiene su gracia observar cómo se mezclan dos tradiciones con tanto predicamento en los últimos años, tales como la inclusión en una misma historia de dos personajes ficticios coetáneos, tan querida por el steampunk, y las historias de asesinos en serie.

Arrepentíos y haced penitencia porque el fin del mundo se acerca

Doce Monos

   Muchas son las películas que han entroncado con la novela de catástrofes y que describen un futuro apocalíptico. Doce Monos (Twelve Monkeys, 1995) nos muestra un futuro próximo donde la sociedad está condenada a vivir en el subsuelo debido a un virus letal que contamina la superficie e impide la vida humana. Pero en cambio no afecta a los animales que recuperan así los espacios perdidos. Esta sociedad, en aras de la supervivencia en un medio de escasos recursos, prioriza al grupo por encima del individuo y por lo tanto un individuo puede ser sacrificado por el bien común.

   En este contexto el recluso James Cole es enviado al pasado para investigar el origen del misterioso virus. Antes del viaje queda claro que el pasado no puede ser cambiado, pero sí que puede ser utilizado para descubrir información que permita mejorar el presente. En el caso del protagonista, con la intención de crear una vacuna contra la enfermedad. Pero al llegar a los años 90 es confundido con un demente e internado en un manicomio. Una psiquiatra del centro creerá en las apocalípticas explicaciones de Cole y le ayudará en su búsqueda. Las primeras investigaciones les conducirán a un grupo de fanáticos ecologistas autodenominado Doce Monos, interesados realizar actos reinvicativos.

   La película, de carácter bastante pesimista, logra transmitir la sensación de peligro que supone el uso alocado de la biotecnología por algunas personas aparentemente cuerdas. Pese a que desde el inicio sabemos que el viaje de Cole es exploratorio y que el pasado no se puede cambiar, a medida que la investigación avanza surgen esperanzas de descubrir el origen del virus y poder así evitar su propagación. Pero el final de la película, con sorpresa incluida, se encarga de dejar las cosas en su sitio. Si jugamos con fuego seguro que nos quemamos.

Millennium

   Otras, como Millennium (Millenium, 1989), basada en el relato de John Varley "Incursión aérea", nos describen un mundo no muy alejado de nuestra época en el que problemas ambientales y guerras bacteriológicas lo han convertido en una pesadilla, con la Humanidad esterilizada y convertida en poco menos que cadáveres andantes. Para tratar de sobrevivir, los humanos viajan al pasado a aviones que tendrán accidentes aéreos de los que no quedarán supervivientes, para rescatarlos y llevarlos al futuro, a fin de darle una nueva oportunidad a la especie. La película es algo menos tenebrosa que el relato y nos habla de una posible esperanza dentro del horror. Se trata de un argumento verdaderamente original ya que los accidentes aéreos son la única manera de transportar humanos al futuro sin alterar el pasado, cosa que de producirse generaría un terrible cronoseísmo que acabaría con todo.

   Es una pena que Millennium no tuviese mayor presupuesto: hasta podría haber sido una gran película, ya que el argumento es de lo más sugerente y original (aquí Varley tuvo un día inspirado). Pero no acaba de funcionar. Tal vez Kristofferson no sea el actor más indicado para el papel (baste recordar su papel en el remake de El planeta de los simios o en la tenebrosa serie Amerika) y el final ("esto no es el final, sólo es el principio") parece sacado de una película de serie Z.

   También en El experimento Filadelfia 2 (Philadelphia Experiment II, 1993) se describe un mundo terrible, uno en el que los nazis han ganado la II Guerra Mundial debido a que un bucle temporal les ha permitido capturar un avión moderno de combate, dotado con armamento nuclear, y bombardear los Estados Unidos, poniendo fin a la guerra. Se trata de una película bastante lúgubre, con un cierto toque a lo 1984 y que poco tiene que ver con la película homónima y supuesta primera parte El experimento Filadelfia.

Turismo de catástrofes

Máxima tensión

   Si bien la literatura ha tocado el tema de viajar por el tiempo con fines turísticos, una de las películas más originales en este aspecto es Máxima tensión (The Time Shifters, 1999). Se trata de una tv-movie que destaca por sus efectos especiales y por un reparto poco común. La película arranca cuando un periodista que investiga grandes desastres, como el hundimiento del Titanic o el incendio del zeppelin Hindenburg, descubre un hecho insólito: en las fotografías tomadas antes de las catástrofes aparece siempre el mismo pasajero, hecho de por sí bastante improbable. Es curioso porque este nexo fotográfico, aunque con un tratamiento diferente, también se da en Doce Monos.

   La cosa se complica cuando el misterioso personaje aparece en nuestra época, presagiando nuevos desastres. Pronto descubrimos que dicho personaje es un turista temporal proveniente del futuro, interesado en experimentar los desastres en los que perecieron muchas personas. El turista puede contemplar el desastre desde dentro y cuando la situación se vuelve demasiado peligrosa, utiliza una máquina del tiempo portátil para volver a su época. Pero el periodista se ve implicado en la trama y decide impedir que las catástrofes vuelvan a suceder, alterando así el curso de la historia de manera imprevisible.

   La película incide en los aspectos comerciales y macabros que podría tener el uso descontrolado de la tecnología temporal. Nos muestra que ante una nueva tecnología la Humanidad siempre suele inventar las peores maneras de utilizarla para provecho de unos pocos. Tal vez esto pueda parecer ciencia ficción, pero cuentan las malas lenguas que durante los bombardeos en la guerra civil que asoló Yugoslavia, se organizaron viajes desde Alemania para poderlos contemplar, desde una prudencial distancia, claro. Y es que la realidad siempre supera a la ficción...

Todo tipo de fenómenos

El final de la cuenta atrás

   No todos los viajes en el tiempo se producen voluntariamente ni tiene por qué existir una máquina del tiempo. Algunos de ellos se producen a causa de fenómenos inexplicables o accidentes catastróficos. En el caso de El final de la cuenta atrás (The Final Countdown, 1980) el portaaviones norteamericano Nimitz se ve sorprendido por una extraña tormenta tras zarpar del puerto de Pearl Harbour. Cuando ésta amaina, la tripulación se da cuenta que han retrocedido en el tiempo hasta la II Guerra Mundial, unos días antes del ataque japonés a la base americana. La cuestión que se le plantea a la tripulación es si tienen que intervenir o no en el desarrollo de la guerra, teniendo en cuenta que posiblemente el fenómeno que les hizo viajar en el tiempo tal vez no se repita.

   Como elemento característico podemos señalar la tormenta con forma de vórtice de energía azul-verdoso que transporta al portaaviones por el tiempo. Es un efecto especial que hoy en día no nos dice gran cosa pero que en su época impactó bastante, e incluso sirvió de inspiración para crear otros efectos especiales que mostraban "fenómenos extraños". También destaca el Nimitz como un enorme plató cinematográfico en el que vemos detallados muchos aspectos de su funcionamiento interno. De hecho parece una película patrocinada por la armada americana, cosa que desde luego no tendría nada de raro.

   Cinematográficamente, deja bastante que desear a pesar de tener algún actor de peso en el reparto, no haber sido precisamente una película con bajo presupuesto y mostrar buenos efectos especiales. Hace aguas argumentalmente por todas partes. Se llevan el portaaviones al pasado para no hacer prácticamente nada y volver tal cual; los japoneses son malos, malísimos; la historia de amor no hay por donde cogerla y es más increíble que el vórtice temporal;... Afortunadamente, el actor principal, el Nimitz, hace bien su papel y nos muestra todo su carácter en acción. Quien no se consuela...

   Otra película en la que aparece un barco de guerra es El experimento Filadelfia (The Philadelphia Experiment, 1984). En el año 1943 la marina de los Estados Unidos realiza unos experimentos para volver invisible al radar el navío Eldridge. Pero el experimento se descontrola y el barco desaparece en un agujero espacio temporal. Dos marineros saltan por la borda y atraviesan una brecha que les lleva al futuro, en concreto al año 1984. El interés de la película reside en que juega con el shock cultural que sufren unos marineros del año 1943, obligados de repente a tratar con las costumbres del 1984. Porque si nos ponemos a hablar de las dotes interpretativas de Michael Paré, mejor nos callamos.

   Como curiosidad, el experimento Filadelfia es algo más que una película. Según los fanáticos de las pseudo-ciencias, dicho experimento tuvo lugar realmente y no queda muy claro qué sucedió. Probablemente deben guardar los pedacitos en el Area 51, junto a la nave de Roswell. En fin...

El planeta de los simios

   Pero tal vez la película más emblemática que trata sobre el tema de los fenómenos temporales es El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1968). En ella un grupo de astronautas despiertan de la hibernación cuando su nave se estrella contra la superficie de un planeta desconocido. Cuando investigan los alrededores de la nave descubren que el planeta es muy diferente a su Tierra natal: la civilización está en manos de simios que poseen una inteligencia muy parecida a la de los astronautas. En cambio los seres que aparentan ser humanos son criaturas salvajes que no poseen la capacidad de hablar y son utilizados como mano de obra esclava.

   Los simios consideran que unos humanos con capacidades habladoras y tecnológicas pueden cuestionar la situación de esclavitud a la que somenten al resto de ellos, lo que inicia el conflicto. Por ello la película es una dura crítica a la sociedad americana de finales de los años 60, todavía convulsionada por problemas de racismo. Además dos elementos adicionales hacen de esta película un clásico de la ciencia ficción. El primero es que posee uno de los mejores finales que se recuerdan en la historia del cine, que nos revela indirectamente que la nave estrellada ha sufrido un viaje temporal accidental. El segundo es la extraordinaria caracterización de los simios, mostrados como unos seres muy naturales y creíbles.

   El moderno remake de esta película tiene un argumento similar, aunque parece enfocada a un público intelectualmente menos exigente. El protagonista no es precisamente un actor shakespeariano, sino Mark Wahlberg (sí, el de los calzoncillos Calvin Klein, ése, ése), y la historia termina siendo uno de esos films con efectos especiales y batallitas. Aun así está muy bien realizada, es entretenida y plantea la misma sensación de desconcierto temporal que la primera, aunque el final no tiene nada que ver con la gloriosa conclusión de la anterior. Además, mientras que en la primera podemos ver un enfrentamiento entre las posturas de los científicos pacifistas y los militares, en ésta quienes se enfrentan son los simios evolucionados contra -tachán, tachán- un intrépido oficial de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos (pueden poner el himno, si lo desean).

Atrapado en el tiempo

   Existen también fenómenos extraños, casi de carácter mágico, que pueden poner a una persona en situaciones peculiares. Este es el caso de Atrapado en el tiempo (Groundhog Day, 1993), protagonizada por Bill Murray y Andie McDowell. En ella el protagonista, un meteorólogo descreído y cínico que parece incapaz de ser amable con nadie, queda atrapado en un bucle temporal repitiendo cada día lo mismo en un pintoresco pueblo en que celebran una peculiar fiesta conocida como El día de la marmota. La película tiene momentos verdaderamente divertidos y se postula como una de las mejores comedias románticas rodadas en los últimos años, inteligente y llena de buenos momentos. ¿Qué haríamos nosotros en su situación, si cada día fuese exactamente igual que el siguiente? Así, va pasando por todo tipo de fases: de aprendizaje, de ligue, de depresión, de gamberrismo... ¿Cómo romper el ciclo?

¿Se puede cambiar el pasado?

   Si tuviésemos una máquina del tiempo a nuestra disposición, la tentación de utilizarla para conseguir nuestros fines sería muy fuerte. Pero no siempre cualquier cambio es posible ni deseable. Por ejemplo en Timecop (Timecop, 1994) se plantea el hecho de un viaje temporal que alterase un evento fundamental de la historia, por ejemplo viajar al pasado para asesinar a Hitler provocaría un cronoseísmo que podría acabar con la realidad. Para evitarlo los policías del tiempo se encargan de impedir que nadie altere el pasado, tenga o no buenas intenciones. Pero las cosas se complican cuando alguien comienza a viajar al pasado con intenciones siniestras, realizando pequeños cambios para su propio beneficio.

Time Cop

   Timecop, además de ser una película de aventuras bastante entretenida con unos efectos especiales aceptables, tiene elementos remarcables. Hace pensar (cosa no muy de moda hoy día) y presenta notablemente el tema de las paradojas. Describe una sociedad acorde con el uso de la máquina temporal, que hasta tiene un sistema de justicia ultrarápida que ya nos gustaría disfrutar a nosotros. Incluso hay una escena que recuerda maravillosamente al cuento "Ruido atronador", de Ray Bradbury, de quien parecen haber tomado una parte del hilo argumental. Pero lo más sorprendente de todo es que el actor principal, Jean-Claude van Damme ¡hasta actúa moderadamente bien! No se limita a dar puñetazos y pataditas, sino que tiene una interpretación bastante aceptable. Vaya, que no parece él mismo y eso siempre es de reseñar.

   Otra cuestión interesante sobre el viaje temporal al pasado es si los cambios realizados alterarían sustancialmente el curso de la historia. Este aspecto se explora en Terminator (The Terminator, 1984) donde las máquinas lideradas por una supercomputadora iniciarán una revolución que pretende la aniquilación total de la raza humana. Pero finalmente no tienen éxito pues John Connor dirigirá la resistencia que les pondrá en jaque. Las máquinas, como último recurso, enviarán a un cyborg asesino al pasado con la intención de matar la madre de Connor y evitar así su nacimiento. Por otra parte la resistencia humana enviará a un soldado humano que deberá detener al terminator.

Terminator

   El guión de la película combina con inteligencia dos elementos clásicos de la ciencia ficción: los viajes en el tiempo y las máquinas que se rebelan contra sus constructores. Durante el desarrollo de la película se desarrolla una interesante paradoja temporal: con el envío del terminator al pasado las máquinas, más que prevenir la creación de la resistencia humana, la están fomentando de una manera que no sospechan.

   Pese a disponer de un presupuesto modesto, los efectos especiales tiene una calidad innegable y están muy bien dosificados durante el desarrollo de la historia. El éxito de la película ha animado a la creación de dos secuelas en las que los efectos especiales son mucho más espectaculares y hay más acción, pero en cambio se pierde la fuerza del guión original.

   Por ejemplo en Terminator 2 (Terminator 2: Judgment Day, 1991) se repite el mismo esquema de la primera: las máquinas envían a un cyborg al pasado con la intención de matar a un adolescente John Connor y la resistencia humana envía a su agente para protegerle. La diferencia con la primera película es que el primer cyborg es ahora un robot mucho más evolucionado que puede transformarse a voluntad mientras que el segundo cyborg es un antiguo terminator reprogramado por la resistencia.

   Finalmente en Terminator 3 (Terminator 3: Rise of the Machines, 2003) también sigue la trama de la anterior: un cyborg supersofisticado es enviado al pasado para eliminar a John Connor mientras que la resistencia humana vuelve a enviar otro antiguo terminator reprogramado. Pero pese a ser una película de acción pura tiene algo más de trasfondo que la segunda parte, incluida una sorpresa final. Se nos plantea la duda de si el futuro puede cambiarse pues el día del juicio final ya ha pasado sin que se produjese ninguna rebelión de las máquinas. Pero la llegada de los cyborgs nos informa de un futuro que se resiste a cambiar.

   En cualquier caso, para los interesados en estas películas, no problemo: existe en Cyberdark una reseña excelente al respecto.

Regresando al futuro

   Regreso al Futuro inició una de esas sagas tan en boga desde los 80, destinadas a explotar hasta la saciedad una buena (o mala) idea, utilizando el clásico recurso de: "si les gustó la primera, igual pican con la segunda y después ya se habrá convertido un clásico".

Regreso al Futuro

   En Regreso al futuro (Back to the Future, 1985), Marty McFly es un adolescente americano de los años 80 (Michael J. Fox) cargado de problemas: una familia disfuncional y una marcada trayectoria de no triunfar en nada. Su mejor amigo, Doc Brown (Christopher Lloyd), es un científico chiflado (¿qué original, no?) que ha inventado y construido una máquina del tiempo utilizando como estructura un coche DeLorean. Doc consigue de fuentes nada fiables el plutonio necesario para hacer funcionar la máquina y cuando está mostrando el coche a Marty, unos asesinos intentan matarlos. McFly huye con el DeLorean pero se ve transportado al año 1955 y sin posibilidad de regresar al haber consumido todo el combustible durante el trayecto. Para acabar de empeorar las cosas se encuentra con sus futuros padres antes de que se conociesen, y su madre se enamora de él y no de su padre, por lo que la propia existencia de Marty corre peligro. Pero la fecha de 1955 no es casual: Doc quería visitar el año en que concibió por primera vez la máquina del tiempo. Marty visitará al joven científico para que le ayude a regresar, a la vez que intenta recomponer la relación entre sus progenitores para garantizar su existencia.

   Si bien no deja de ser una entretenida película de aventuras, alcanzó una fama notable en su época debido a elementos como un actor conocido con cara de niño bueno, un Christopher Lloyd que tampoco es ningún desconocido con una sospechosa caracterización a lo Albert Einstein, una idea original (aunque algo manida), viaje a una época idealizada en la sociedad americana y unos cuantos guiños humorísticos de esos que tanto gustan.

   Posteriormente se realizaron dos secuelas más repitiendo los mismos esquemas e ideas. En Regreso al futuro II (Back to the Future Part II, 1989), Marty y Doc viajan al año 2015 para resolver algunos problemas familiares, pero el malvado de turno les roba la máquina del tiempo para cambiar el pasado en su propio beneficio. En Regreso al futuro III (Back to the Future Part III, 1990), Marty deberá viajar hasta el año 1885 para salvar a su amigo Doc que ha quedado atrapado en la época del salvaje oeste americano.

   Tal vez lo que más se recuerda de las películas sea el coche DeLorean como máquina del tiempo, aderezado con un poco de jerga "científica", con unos cuantos conversores de fluzo de guarnición.

Star Trek

   Sin duda alguna Star Trek ha sido la serie de ciencia ficción más famosa y vista a día de hoy en todo el mundo. Sus múltiples secuelas y su paso a la pantalla grande, así como el enorme volumen económico que ha generado su merchandising, lo corroboran.

Star Trek IV

   Star Trek ha tocado el viaje en el tiempo en innumerables ocasiones. En el cine han sido hasta tres las películas que lo han tratado. En Star Trek IV: Misión salvar la Tierra (Star Trek IV: The Voyage Home, 1986), la tripulación del Enterprise debe retroceder hasta finales del siglo XX a fin de rescatar un par de ejemplares de ballenas, extintas en su época, cosa que resulta de la mayor importancia para la Tierra del futuro. Se trata de una película peculiar, llena de guiños hacia películas anteriores y que se cachondea notablemente del siglo XX en muchos de sus aspectos cotidianos, así como de la política de guerra fría aún existente en Estados Unidos cuando se rodó la película. La escena de Chekov (un ruso) y Uhura (una negra) preguntándole a un policía (americano) cómo llegar a un portaviones (nuclear) es memorable...

   En Star Trek VII: La próxima generación (Star Trek VII: Generations, 1994), un extraño fenómeno temporal denominado Nexus permite conectar diferentes épocas de una manera insospechada: los seres que acaban en él quedan atrapados en un estado podríamos decir de "gracia", separados del Universo en un mundo idílico que es justamente aquél en el que ellos desearían vivir. No es una película excelente, ya que fue más bien concebida como un nexo de unión entre la tripulación de la serie original y la de la Nueva Generación. Aun así tiene una escena inicial extraordinariamente original, los efectos especiales son muy buenos y los actores principales (Patrick Stewart, Brent Spinner, William Shatner, Malcolm McDowell y Whoopi Goldberg) están bastante inspirados en sus papeles.

   No obstante, uno se plantea: ¿quién desearía abandonar el Nexus? ¿Quién no se quedaría en su Shangri-La particular, un sitio en donde se es eternamente feliz, donde nunca se envejece y donde no existen los problemas? ¿Quiénes abandonan el Nexus? Naturalmente, dos obstinados capitanes de la Flota Estelar para quienes el deber es su primera obligación. No es muy creíble, pero parece que algo le ponen a las fibras de las que están tejidos los uniformes de la Flota, porque si no no se explica. En la película se justifica esa decisión aludiendo al carácter irreal del Nexus, a que las cosas allí no importan de veras porque no son reales. Es mucho mejor largarse a pararle los pies a un terrible villano (por cierto, otro científico loco) dispuesto a cometer un terrible genocidio con tal de volver al Nexus... Vaya que, parafraseando el dicho: "El Nexus no produce la felicidad, pero nos ofrece algo tan extraordinariamente similar a ella que se necesita todo un verdadero experto para diferenciarlas". ¿Philip K. Dick?

Primer Contacto

   Tal vez la película de Star Trek que mejor ha tratado el tema sea Star Trek VIII: Primer contacto (First Contact, 1996), en que los Borg, el más temido enemigo de la Federación, ataca la Tierra y, al fracasar en su propósito de conquista, se trasladan al pasado para impedir el Primer Contacto de la Humanidad con civilizaciones más avanzadas, cosa que se supone que fue el hecho más importante de la especie y que impide un futuro en que los humanos sean una amenaza.

   Se trata de una película notable, en que se tratan temas de gran trascendencia: los héroes y cómo la historia los distorsiona, la tentación, la búsqueda obstinada de un objetivo a costa de lo que sea, la venganza, la amistad, la lucha interior... No es la típica película con efectos especiales, ya que aunque abundan, se utilizan sólo donde se requieren: en la batalla inicial, en la caracterización de los Borg, etc. El capitán Pickard se ve en una tesitura muy similar a la de Acab persiguiendo a su ballena blanca y Patrick Stewart demuestra sus dotes interpretativas. No olvidemos que era un actor Shakespeariano más que notable antes de lanzarse a la aventura cinematográfica.

   Por lo que a las series de Star Trek se refiere, destacaría dos episodios especialmente interesantes. Uno de la serie original (de Spock y Kirk), The City on the Edge of Forever, protagonizado por Joan Collins, especula acerca de qué hubiese sucedido si los Estados Unidos hubiesen decidido quedarse al margen de la II Guerra Mundial y no hubiesen intervenido en Europa. La tesis sostenida por Roddenberry, quien no era precisamente un belicista, es la de que a veces, en determinadas situaciones de la Historia, hay que intervenir, aun cuando ello represente la guerra. Esas tesis y las contrarias son por todos conocidas, pero no olvidemos que hasta hace pocas décadas, Estados Unidos mantuvo una política aislacionista en los asuntos internacionales.

   El otro, de La Nueva Generación, es La flecha del tiempo (Time's Arrow), un clásico bucle temporal en que se confunden causa y efecto y que sirve para explicar el origen de las relaciones de algunos de los protagonistas de la serie o para mostrarnos a escritores como Mark Twain o Jack London. En este doble capítulo la tripulación de la Enterprise es llamada a la Tierra porque en unas excavaciones arqueológicas del San Francisco del siglo XIX ha sido hallada la cabeza del androide Data, uno de los protagonistas. Naturalmente Data está vivo en el presente y la historia conduce inevitablemente a un extraño bucle temporal capaz de hacerle saltar la cabeza a cualquiera, con extraterrestres malvados incluidos y unas cuantas notas humorísticas entrañables, como cuando la tripulación se hace pasar por una compañía teatral sin un duro que trata de engañar a su casera con el alquiler del piso (¡!). Ya se sabe que en el siglo XXIV no usan dinero, pero...

   Por supuesto hay muchos más, aunque la lista sería muy larga. Por su originalidad, podemos citar también Causa y efecto (Cause and Effect), sobre un bucle de causalidad en el que queda atrapada la Enterprise y otra nave de la Federación y que sólo logra romperse tras multitud de ciclos completos que concluyen, inexorablemente, con la destrucción de las naves. Tal vez lo mejor del capítulo sea la manera diferente en que se experimenta cada ciclo, sin que llegue a ser aburrido, y cómo se va generando un ambiente cargado y de suspense a pesar de que conocemos al detalle todos los sucesos de cada bucle. O el episodio Timescape, en que un curioso fenómeno cuántico a bordo de una nave romulana ha producido desgarros en el "continuo" espacio-temporal, generando una especie de "bolsas" en cada una de las cuales el tiempo se experimenta a una velocidad diferente del resto.

Cómo viajar en el tiempo sin morir en el intento

El Enano Rojo

   Este podría ser un título alternativo para la conocida serie británica humorística El Enano Rojo (The Red Dwarf, 1992), una parodia de la ciencia ficción, corrosiva y ácida donde las haya. El argumento central de la serie es un peculiar viaje en el tiempo. La tripulación de la nave Enano Rojo resulta destruida por un accidente nuclear abordo. El único superviviente es un inútil redomado que estaba en suspensión temporal y que es devuelto al presente al cabo de unos cuantos millones de años, cuando la radiación ha descendido a niveles tolerables. Pero no está sólo. Le acompañan un holograma de su compañero muerto, un tipo insoportable hasta lo inenarrable, egocéntrico y tocanarices, y un gato con forma humana, descendiente remoto evolucionado de la gata del protagonista. Como buen "gato", no trabaja ni que lo maten, es vanidoso, narcisista y cínico. Ah, sí, y el ordenador de la nave con un sentido del humor de lo más peculiar, parodia del HAL9000 de Arthur C. Clarke.

   A parte de su curioso planteamiento, algunos episodios incluyen viajes temporales más "normales", aunque claro, nada es normal en esa nave. Así, en uno de ellos (Stasis Leak), conviven personajes del pasado, presente y futuro (si eso significa algo) embrollándolo todo. En otro (Backwards), viajan a la Tierra de una realidad paralela en la que el tiempo fluye hacia atrás.

   Aunque, posiblemente, uno de los momentos más delirantes sea el episodio Timeslides, en que un curioso producto químico permite revelar las fotografías de manera que adquieran vida y transportarse a su interior. Naturalmente, una de las cosas que se les ocurre explorar es el atentado fallido a Adolf Hitler. Desde luego, dicho acontecimiento es el período de la historia al que uno se iría de vacaciones con unas bermudas y una toalla a hacer de turista temporal, ¿no? Acto seguido, los protagonistas de El Enano Rojo intentan cambiar su pasado, sin mucho éxito, ya que el Universo es sabio y restablece el statu quo de manera inmediata.

Conclusión

   El viaje en el tiempo ha sido en el cine y en la televisión un tema fecundo, ya sea porque permite planteamientos fascinantes, ya sea porque admite la inclusión de sofisticados y carísimos efectos especiales, que parecen ser la delicia de todo el mundo, sobre todo de quienes se dedican a producirlos.

   No podemos finalizar sin hacer una particular lista a los Reyes Magos de los relatos y libros que nos gustaría ver llevados a la pantalla grande. Esta es nuestra propuesta:

- La patrulla del tiempo (Poul Anderson), protagonizada por Russell Crowe en el papel de Manse Everard, por su gran capacidad expresiva y su experiencia en épocas antiguas.

- El fin de la Eternidad (Isaac Asimov). Viendo la incapacidad de Hollywood para captar la filosofía y el espíritu subyacente de las obras del Buen Doctor, proponemos a Sylvester Stallone y a Julia Roberts. Estamos convencidos de que formarían una increíble pareja cinematográfica. Nos morimos de ganas por verlo.

- La compañía del tiempo (Kage Baker). Comedia de costumbres inglesa, con algún toque pantagruélico y quema inquisitorial incluida. Apta para todos los públicos. Proponemos a Kate Blanchett y a Ben Affleck. La propia Blanchett podría hacer también de reina Elisabeth, en un simpático guiño endogámico de esos que tanto gustan hoy día.

- Cronopaisaje (Gregory Benford). ¿Quién mejor que Pedro Almodóvar para captar todos los sutiles matices de esa maravilla literaria del siglo, amena y entrenida como pocas? Además, seguro que se le ocurrían un montón de maneras para que el pobre científico obtuviese vías adicionales de financiación para sus experimentos, por raras que fuesen.

- Las cien vidas de Lazarus Long (Robert Heinlein). Creemos que quien mejor representaría el espíritu heinleniano de esta novela es el actual gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, quien -no perdamos la esperanza- tarde o temprano dejará de martirizar a los pobres californianos y volverá al cine (para martirizarnos a todos). Dada su ideología, un viaje por el tiempo para acabar siendo su propio padre no estaría nada mal. No es muy probable que fuese capaz de seguir los giros heinlenianos del argumento, así que no hay miedo a que se oponga al papel por cuestiones morales.

   Esperamos sinceramente que algún director de cine haga realidad nuestros sueños, aunque teniendo en cuenta que la realidad siempre supera a la ficción, cosas más raras se han visto (como que el director de Tu madre se ha comido a mi perro haya dirigido la serie de películas más espectacular de todos los tiempos), no perdemos la esperanza. Más ahora que Hollywood se ha puesto a exprimir el rico filón del fantástico para poder enchufarnos efectos especiales, como maíz a los patos, y obtener así el tan codiciado pâté d'espectateur.

 

©2004 Francisco Javier Esteban (Sisko) y Enric Quílez (Yarhel)
para cYbErDaRk.NeT
Prohibida la reproducción sin permiso expreso del autor

    

2005-01-27 00:14   gbaldis
Exelente artículo sobre películas y novelas de viajes temporales. Admito que vi todas ellas a la mayoría más de una vez.

Me gustaría ver algún día llevada a la pantalla "El Fin de la Eternidad" del buen doctor Asimov. No estaría de acuerdo con la elección de Silvester Stallone para representar a Harlan, ya que no concuerda con nada a la descripción del personaje de la novela (que es más bien la de un antihéroe), pero en vista que Hollywood no está interezado en el tema habrá que esperar.

Me gustó mucho más la versión original de "La Máquina del Tiempo" (The Time Machine) de George Pal de 1960 que el remake del 2002 aunque no deja de causar un muy buen impacto.
2004-07-01 20:29   Er-Murazor
Enhorabuena por el artículo, que pese a ser largo no se hace pesado. Y me encanta que hayáis puesto en primer lugar mi película favorita absoluta en esto de la CF, que es "El tiempo en sus manos", película de la que nadie se acuerda.

Y son geniales las recomendaciones cinematográficas del final. Habéis clavado por lo menos veinte o treinta futuros premios Oscar de la Academia. Lástima que cuando se aprovechen de vuestras ideas no os paguen royalties...
2004-05-31 18:43   hobbes-806
Magnífico trabajo, enhorabuena habeis tocado casi todo... ¿No recordais el episodio de los Simpsons en el que Homer viaja en el tiempo?

Muy buen artículo.
2004-05-31 18:23   vomisan
Un capítulo de Star Trek muy impactante es All the good things, el último capítulo de la saga, en el que Picard se desliza hacia atrás y adelante en el tiempo y un terrible desastre amenaza con destruir a la humanidad. Un desastre que el mismo Picard creará en el futuro...
2004-05-31 13:43   esquelario

Enhorabuena, un trabajo muy bien hecho.
2004-05-31 00:36   Elizabettha
Muy completo el artículo y muy interesante; ¿cuándo habéis tenido tiempo para ver tantas pelis, y sobre todo de dónde sacais la memoria para recordarlas?

Me ha gustado la forma de comentar cada película, ni tibia ni demasiado visceral. Y la forma de organizar el artículo y relacionar los títulos entre sí es increíble, un 10 en redacción ;)

El artículo no se hace nada pesado aunque es largo y profuso, y se agradece que pueda leerse tanto por los adictos a los cf como por los legos (como una servidora)

Enhorabuena y besotes
2004-05-30 21:41   vorkosigan
Un magnifico repaso de las peliculas de viajes en el tiempo, aunque habeis olvidado mi pelicula favorita de este tema/genero "Navigator". EN cualquier caso enhoabuena por un trabajo muy bien hecho.